Según un estudio elaborado por Signify y desarrollado por Simple Lógica, sobre el conocimiento y el uso que hay en Madrid y España de la iluminación conectada, concluye que solo un 18% de los madrileños son usuarios de la iluminación conectada. Este estudio tiene como objetivo fortalecer y ofrecer datos a Signify sobre las demandas y necesidades del consumidor madrileño para poder adaptar sus productos a las peticiones del mercado. Conocer a la perfección el uso que se da a la luz permite automatizar su gestión, programar horarios o intensidad adaptándose a las peticiones del consumidor, lo que hace posible el ahorro energético, así como la reducción de la huella de carbono. Además, esta automatización de la gestión también alarga la vida de las bombillas, y facilita la detección de posibles fallos para su resolución.
Tanto la luz natural como lo que se conoce como la luz tradicional tienen una fuerte incidencia en la vida diaria de los madrileños. En 2012 surge la iluminación inteligente o conectada, en gran parte gracias al Internet de las Cosas (IoT) que facilita la gestión inalámbrica del sistema de iluminación, el intercambio de datos e información a través de dispositivos inalámbricos y la conectividad. Sin duda, ha llegado para optimizar el uso de la energía y los planes de iluminación adaptándose completamente al consumidor y al espacio, haciéndolos más eficientes y sostenibles. Pero también la luz influye en nuestro estado de ánimo, nuestro bienestar físico y nuestros momentos de descanso, desconexión y/o disfrute. Gracias a la iluminación conectada, que podemos personalizar y adaptar a nuestras emociones, espacios y ritmos circadianos, la vida se hace un poquito más fácil.
Pero, ¿cuánto saben realmente los madrileños de sus beneficios?
Un 79% de los madrileños conoce la luz inteligente (un 22% ha oído hablar de ella, un 39% afirma estar familiarizado con esta tecnología y un 18%, además, es usuario).
Son tres diferencias principales las que señalan los madrileños entre la luz tradicional y la conectada. La automatización es la que más destaca, siendo una característica importante para un 50% de los encuestados. En segundo lugar, el control remoto es importante para el 42% y en tercer lugar la eficiencia energética que consigue un 37%. Los últimos puestos los ocupan la conectividad con un 32%, la mejora del bienestar y la salud con un 20% y, por último, la personalización con un 17%.
¿Qué factores se consideran clave en Madrid para transitar el cambio de la iluminación tradicional a la conectada?
Sin duda alguna, los tres factores que destacan para elegir iluminación conectada son el precio (85%), la facilidad de instalación (77%) y las funcionalidades que ofrecen los dispositivos (76%). Los últimos puestos los ocupan el diseño, las recomendaciones y la marca.
¿Cuáles son los productos estrella de iluminación conectada?
Sin duda, entre los usuarios madrileños de luz conectada, las preferidas son las bombillas inteligentes que tienen una penetración de un 81%, seguidos por los interruptores y los enchufes con un 73%. Los siguientes productos por los que apuestan son las tiras LED (54%), lámparas inteligentes (41%) y, por último, los sistemas de seguridad conectada (39%).
¿Y dónde usan estos productos los madrileños?
Seguramente porque es la parte de la casa donde pasamos mayor parte del tiempo, el salón es la estancia que se ilumina con mayor frecuencia con luz conectada (83%), seguido de los dormitorios y la sala de estar con un 64% y un 43% respectivamente. El resto de las estancias son iluminadas en proporciones mucho menores, siendo el baño la que en menor medida se ilumina con este tipo de tecnología (26%).
Beneficios de la iluminación conectada
Del estudio se desprende que los madrileños se deciden por la iluminación conectada buscando mayoritariamente tres beneficios que su anterior sistema no les proporcionaba: el ahorro energético (65%), la comodidad (62%) y la automatización (47%). Les siguen la integración con otros dispositivos, la seguridad del hogar (prueba de ello son los sistemas de vigilancia doméstica de Hue y WiZ tanto para interiores como para exteriores que no sólo nos ofrece imágenes, si no que se sincronizan con las luces para simular presencia y ahuyentar a los extraños), la asistencia y accesibilidad o la personalización de los espacios.
Signify es muy consciente de las necesidades de sus consumidores en Madrid, por lo que todos sus productos pueden controlarse mediante asistentes de voz (un 78% de los madrileños con iluminación conectada la utilizan). Además, tiras como la Philips Hue Play Gradient que se sincronizan con el contenido de la pantalla están en auge, lo que se constata en el estudio ya que un 32% de los encuestados asegura que sincroniza sus luces con otros sistemas de entretenimiento. Además, siguiendo esta tendencia, recientemente todos los productos WiZ incorporan la función Music Sync con la que todas sus luces se iluminan y cambian de color al compás de la música.
Aunque la iluminación conectada, al igual que la luz natural, puede estar presente en el día a día sin necesidad de elegir momentos concretos, el estudio sí que desprende que la mayoría de sus usuarios la asocian a los momentos de ocio, ya que el 82% afirma usarla en este tipo de actividades. Pero, además, las posibilidades de adaptar los dispositivos de iluminación a los ritmos circadianos, como una de las últimas novedades de Philips Hue, la Twilight, que imita la amplia paleta de colores de la luz del cielo tanto por la mañana como por la noche, consiguen que también se asocie a tiempo de descanso y relax en un 62%. Estos dos usos principales están estrechamente relacionados con las dos estancias en las que habitualmente se instala: el salón y las habitaciones.
Bienestar, salud, relajación, seguridad, sostenibilidad… son los objetivos con los que Signify, bajo sus marcas Philips Hue y WiZ, fue la pionera en el campo de la iluminación inteligente, y así lo avala que un 64% de los madrileños señale Philips Hue como la marca más reconocida. Sus pilares de innovación y tecnología siguen en pie, sumando ahora una fuerte apuesta por el diseño, la funcionalidad y la elegancia.