El sector internacional del pescado ha experimentado un auge en los últimos años, ya que su consumo ha alcanzado récords históricos en todo el mundo, con una media de 17 kg por persona en comparación con los 9,9 kg de los años 60. Se espera que esta cifra aumente más aún en el futuro. El consumo de pescado en Europa, especialmente el de productos en conserva, está muy por encima de esta media mundial, con un número creciente de consumidores que decide tomar pescado en lugar de carne. Las importaciones de atún en conserva aumentaron en Alemania en un 11,5% en 2011 y las conservas de pescado en general representan ahora la cuarta parte del consumo alemán de pescado y marisco. Como aumenta la competencia en las estanterías de los comercios, los proveedores europeos de pescado desarrollan nuevos atractivos para capturar buena parte de este saludable mercado, potencialmente enorme.
El consumidor que se preocupa por su salud
El auge de un tipo de consumidor preocupado por su salud es una tendencia clave que explica por qué crece la popularidad de los productos del mar en Europa. El público se interesa cada vez más por su propio bienestar y su nutrición, especialmente en Alemania y países escandinavos, con platos preparados y aperitivos bajos en calorías que ocupan más y más espacio en los estantes del supermercado. Teniendo en cuenta que 150 g de pescado proporcionan más de la mitad de las necesidades diarias de proteínas de un adulto, y también de vitaminas y minerales esenciales, la demanda de pescado y marisco ha crecido porque constituye una alternativa saludable y nutritiva al consumo de carne en la dieta europea.
Además, ha quedado demostrado que el ácido graso Omega-3 del pescado resulta esencial para la actividad cerebral y es beneficioso para la salud cardiovascular. En los años noventa, los científicos demostraron que existía un vínculo entre el consumo de pescado con alto contenido en Omega-3 y una mayor esperanza de vida en las culturas cuyas dietas se basan en el pescado y el marisco, como Islandia o Japón. Allí, la tasa de mortalidad es bastante menor que en territorios cuyas dietas se basan en la carne. Estos estudios reciben cada vez más atención por parte de la prensa, de modo que el mensaje acaba filtrándose hasta la conciencia pública. Entonces, los propietarios de marcas pueden aprovechar esta nueva tendencia y capitalizarla. Por ejemplo, los fabricantes de alimentos dan a conocer el contenido de Omega-3 presente en sus productos anunciándolo en el envase, puesto que está demostrado que este tipo de mensajes atrae a los consumidores y aumenta las ventas.
La importancia de la comodidad
Si a esto le añadimos que los consumidores tienen menos tiempo cada día y trabajan más horas que nunca, queda clara la necesidad de comidas fáciles de preparar y a la vez saludables. Este requisito sigue motivando las ventas en el sector del pescado y el marisco así como en otros mercados alimentarios, ya que casi uno de cada dos consumidores en el mundo afirma que la comodidad es un criterio importante en su decisión de compra. Los productos del mar envasados en conserva se adaptan perfectamente a esta realidad, puesto que son transportables, fáciles de abrir y listos para ser consumidos. Estas cualidades explican precisamente por qué ha crecido la popularidad del formato en países como Lituania -tercer mercado de pescado en la Unión Europea (UE) por tamaño- y Letonia, tanto para comidas ligeras al mediodía como para cenas rápidas y sin embargo nutritivas.
Además de tener un estilo de vida más frenético, Europa está envejeciendo. En 2020, más del 20 % de la población de Alemania y Suecia será mayor de 65 años y se prevé que el 17 % de la población de Noruega esté en edad de jubilación en el 2030. Esto es importante para la industria alimentaria puesto que muchos estudios han demostrado que la habilidad de las personas disminuye con los años y que abundan los mayores que tienen dificultad para abrir envases. Para 7 de cada 10 consumidores, un envase fácil de abrir es un criterio de peso a la hora de decidir qué alimentos comprar. Muchos propietarios de marcas de pescado y marisco están mejorando la facilidad de apertura de sus envases para tener en cuenta este dato, permitiendo así que los consumidores con más años se mantengan activos e independientes y contribuyendo a reforzar la lealtad a la marca por parte de este segmento de población, cada día más numeroso.
Por ejemplo, la conservera española de productos de pesca Jealsa relanzó recientemente sus conservas de atún en aceite, envasado para la marca blanca “Hacendado” del distribuidor Mercadona, usando un envase ovalado con tapas pelables 'PeelSeam' de Crown. Para quitar la tapa, una lámina fina y flexible termosellada a un arillo rígido de metal y dotada de una anilla de apertura fácil, hace falta menos fuerza que con la solución tradicional y no se precisa ninguna herramienta especial. Este formato aumentó la coherencia de la marca Hacendado puesto que ya había lanzado otros productos con tapas pelables, a la vez que mejoraba la comodidad y facilidad de uso del producto para las personas mayores. En Alemania y los países bálticos, las latas con formato “hansa” también son muy habituales para productos del mar listos para su consumo. Este formato, una lata grande, reconocible y ovalada, lleva una cómoda tapa que se abre tirando de una anilla. Se suele usar para arenque, caballa, sábalo o espadín, porque el productor del norte puede rellenarla fácilmente con un número más elevado de filetes de pescado. También presenta ventajas logísticas: antes del envasado, las latas caben bien, vacías una dentro de otra, y más tarde, ya en los estantes del supermercado, se apilan cómodamente, encajando una sobre otra. Asimismo, la lata hansa ofrece más superficie de impresión que otros formatos, lo que permite mensajes adicionales de la marca. Esto, combinado con su forma peculiar, facilita una mejor diferenciación del producto para los consumidores.
Un compañero para la sostenibilidad
Otra tendencia clave en el sector de las conservas de pescado y marisco es la sostenibilidad. La demanda mundial de pescado está creciendo mientras las reservas disminuyen y cada vez hay más especies sobreexplotadas. Hallar fuentes sostenibles de suministro de pescado es una necesidad hoy en día, si se quiere garantizar la viabilidad perdurable del pescado como recurso alimenticio. Jamás han sido tan conscientes de esto los consumidores, que seleccionan productos de la “pesca sostenible” en mayor medida que productos competidores. Por ejemplo, después de una campaña televisiva impactante, los supermercados británicos Sainsbury’s incrementaron sus ventas de conservas de pescado sostenible obtenido mediante “captura con anzuelo” y con métodos de extracción selectivos en un 17%. Tras este incremento, Sainsbury’s anunció hace poco que todos los productos del atún de su marca blanca serán capturados así.
En los últimos años han aparecido en los estantes del supermercado otras “ecoetiquetas” como las del Marine Stewardship Council (MSC, Consejo para la Gestión Pesquera Sostenible), Friends of the Sea (Amigos del Mar), el Stewardship Council (ASC) o la International Seafood Sustainability Foundation (ISSF, Fundación Internacional para la Sostenibilidad de la Pesca). Hoy en día, el MSC certifica el 10 % de todos los productos pesqueros del mundo y su objetivo consiste en alcanzar el 17 % en el 2017. En el año 2012, Alemania se situó en cabeza del “ecoetiquetado” a nivel mundial ya que sus minoristas vendieron más de 4.400 productos del mar certificados, sobre los 16.000 disponibles en todo el mundo. En los próximos años, cobrará cada vez más importancia la certificación sostenible en el sector de las conservas de pescado, a medida que urge más y más proteger las reservas de peces en los caladeros.
Los envases metálicos presentan ventajas para los productores de pescado y marisco que deseen mejorar su reputación de sostenibilidad puesto que se trata de un material permanente y reciclable al cien por cien infinitas veces, sin que se degrade su calidad. Hace poco, el Parlamento Europeo reconoció la positiva aportación que los materiales permanentes, como el metal, pueden suponer para la sociedad. Esto significa que el metal es el compañero ideal para las marcas de pescado sostenible en su afán por llamar la atención de unos consumidores más y más concienciados con el medio ambiente, cubriendo al mismo tiempo sus necesidades.
A la pesca del envase adecuado
En el momento crítico de la venta, un envase atractivo y cómodo es esencial para captar la atención del consumidor. Los formatos abre-fácil y las porciones individuales pueden ser una auténtica ventaja comparativa para una marca de pescado y marisco porque cubren la necesidad de funcionalidad que siente el consumidor, redundando a su vez en beneficio de la empresa, que incrementa sus ventas y amplía su cuota de mercado.
En este sentido, las conservas de alimentos en envase de metal presentan una ventaja inherente y solo suya para el sector del pescado y el marisco. Las cualidades de barrera propias del metal protegen al pescado de los efectos de la luz solar, el aire, la humedad y otros contaminantes, conservan el producto y sellan su sabor y frescor en el interior. La rigidez de este envase protege los filetes de pescado que contiene, en todo el camino desde la planta conservera hasta el supermercado, y de la tienda al hogar del consumidor. Esto ayuda a garantizar que al abrir la lata, el pescado sea apetecible y su aspecto sea igual de bueno que su sabor. El metal se decora fácilmente, de modo que las marcas de pescado y marisco pueden imprimir gráficos llamativos y vistosos que destacan en las estanterías y atraen ventas potenciales.
Antes de seleccionar el formato de envase más adecuado, los productores de pescado deben tener en cuenta todos estos aspectos. Los expertos predicen que el consumo mundial de pescado alcanzará los 19,6 kg por persona en el 2021. Con este aumento de la demanda y el consiguiente incremento de la competencia, escoger un envase adecuado para un producto puede marcar la diferencia entre hallar su sitio en el carro de la compra o regresar a la estantería.