Después de un largo periodo en el que para vender más no ha quedado otra que rebajar los precios de cualquier forma imaginable, el sector de embalaje logístico encara un nuevo periodo en el que puede aprovechar las aptitudes aprendidas en esta etapa. Por que si algo ha sabido hacer el mundo del embalaje en este tiempo es reinventarse, pasando de ser un proveedor de consumibles a convertirse en un especialista capaz de ofrecer al cliente un producto que realmente optimiza tanto las labores de almacenaje como de transporte. En un momento en el que la exportación se convirtió en una obligación para todos los sectores productivos del país, el proveedor de embalajes para usos logísticos (una definición que incluye sectores tan variados como el film de paletizado, los sacos, los flejes, cajas y contenedores o los palés de plástico y madera) pasó a ser un asesor de sus clientes en temas como la legislación o los ahorros de costes. Una vez ganada su confianza y aprovechando la mejora en la coyuntura económica, lo que se quiere ahora es profundizar la relación con el cliente para que descubra productos de mayor valor añadido. Cuestiones como la personalización o elementos que mejoren el aspecto visual del producto, algo impensable hace años en el mundo del embalaje, son ahora cuestiones muy corrientes a la hora de presentar un catálogo. El análisis realizado recoge los principales datos de más de 120 empresas en tres grandes bloques: consumibles, cajas, contenedores y palés plásticos y pales de madera, revisando las características propias de cada uno de estos segmentos.