Con un mercado en fase de cambio, el sector del embalaje flexible está aprovechando los años de recuperación económica para ponerse al día tecnológicamente. A la vista de que no hay ningún estudio sobre el mundo del packaging que no coloque al embalaje flexible en un puesto preeminente, las empresas de este campo han optado por prepararse ante lo que consideran que va a ser el escenario futuro del gran consumo. En él, los volúmenes productivos disponibles han de ser más altos de acuerdo a la demanda que se espera y, sobre todo, debe primar la calidad y los acabados del envase así como la capacidad para responder a un entorno en el que las tiradas no serán tan masivas y en el que la customización manda. Entre 2016 y 2017, el mercado acumula en España inversiones por valor de más de 140 M€, y pese a que el crecimiento todavía no es todo lo fuerte que se esperaba, un 1,8% en 2016 según los datos recabados por Alimarket Envase, las previsiones resultan optimistas. La inversión en nuevos sistemas de impresión ha sido clave para entender la estrategia de empresas como Amcor Flexibles, Emsur, SP Group o Enplater. En paralelo, grupos como Armando Álvarez o Saica han potenciado este negocio con salidas más allá de nuestras fronteras y fuertes desembolsos para aumentar su capacidad productiva. Todo ello en un entorno de extrema competitividad en el que entran nuevos actores como Plasbel o Plastigaur, interesados en hacerse con grandes porciones de la tarta.