Todo está a favor ahora mismo del sector de embalaje flexible. Los adelantos tecnológicos que se han colado en las fábricas de la mayoría de los convertidores españoles les han puesto en la rampa de salida para lo que se espera sea un futuro con una inagotable demanda. Cambios como la aparición del e-commerce, para el que se demandarán envases flexibles capaces de soportar mejor los envíos y adaptarse a cualquier embalaje secundario, unido a la positiva impresión que tienen de este packaging las nuevas generaciones son las bases que cimentan casi todos los estudios que analizan su inmejorable evolución en los cursos venideros.Incluso el aspecto en el que podría tener más problemas, la cuestión medioambiental, parece que también le favorece, o por lo menos no le perjudica tanto como al resto del packaging plástico rígido. El bienio 2017-18 se cerrará con unos 260 M€ de inversión destinada fundamentalmente a activos productivos e I+D, lo que es una señal inequívoca del dulce momento que está pasando el sector, con grandes protagonistas como Amcor, Armando Álvarez, SP Group, Enplater, Emsur o Constantia. Pese a que el mercado nacional sigue sin aprovechar como corresponde todos los avances técnicos que se han incorporado en los últimos años, poco a poco las tasas de crecimiento aumentan su ritmo y el pasado año, según los datos de Alimarket Envase, alcanzaron un 2%, con un protagonismo destacado para la exportación, que supera de largo el 5%.