Casi con la última campanada de 2022 se definió un nuevo marco legal para la industria del packaging y sus residuos, un nuevo modelo que ya condicionó el pasado año gran parte de las inversiones y lanzamientos de este sector y lo seguirá haciendo en el curso que acaba de comenzar. Porque los nuevos textos legales, que añaden elementos de cosecha propia pero son deudores de las últimas Directivas fijadas desde Europa, modelan una nueva economía circular en la que el peso del envase y embalaje es especialmente importante. Cambiar formas de consumo en una industria plastificada resulta difícil pero sobre la mesa hay un calendario con fechas muy concretas y cercanas, la primera a la vuelta de la esquina: 2025. Usar más reciclado en la composición del packaging, apostar por los envases reutilizables o rellenables o conceder más espacio en los lineales a alternativas compostables tal y como pide la ley y la sociedad requiere de un cambio de mentalidad importante, amén de inversiones y avances tecnológicos, y todo ello tendrá que producirse en un periodo de tiempo corto para un sector que siempre ha mutado, pero no a esta velocidad. El informe elaborado por Alimarket Envase reproduce una encuesta realizada este mundo para conocer cómo se están desarrollando estos planes y cuáles son las líneas maestras fijadas por este mundo para avanzar en la dirección exigida, así como un profuso cuadro recopilatorio con las novedades que han introducido las compañías del sector en su catálogo y sus procesos para reducir el impacto ambiental del packaging en todos los ámbitos: papel, cartón, plástico, vidrio, metal, madera, celulosa y biomateriales.