El resumen sobre las diez claves que definirán al sector del packaging en 2019 continúa hoy con un segundo artículo en el que abunda sobre la importancia de la cuestión medioambital, así como otros factores económicos:.
* Quien contamina, paga más: el principio básico que sustenta gran parte de la industria del punto verde, el que pone en el mercado un producto de difícil recuperación debe sufragar los costes de reciclado del mismo, tiene visos de ser una norma aún más fuerte. Y no porque los SIG vayan a aumentar drásticamente sus tarifas sino, de nuevo, debido a la acción gubernamental, que busca así sostener un nuevo modelo industrial que, como ya hemos mencionado, obligará a incrementar las infraestructuras de reciclado disponible. Aunque este tipo de movimientos no son algo nuevo, durante este año ha habido un fuerte debate en Reino Unido en torno a la denominaca “Latte Levy” o tasa al café, con la que se pretendebuscar una solución a un ingente volumen de desperdicios de difícil recuperación.
Ya el año anterior hubo rumores en torno a nuevas tasas impositivas tanto a nivel europeo como específicas del Reino Unido como una medida que en el fondo buscaba paliar las necesidades financieras tras el Brexit. No parece improbable que más pronto que tarde aparezcan impuestos para los envases no reutilizables.
* El cartón lo quiere todo: por lo repasado hasta ahora, esta bastante claro que hay un material que es el que está llevando la delantera en el mercado del packaging: el cartón. En las últimas campañas hemos asistido a un rejuvenecimiento total del mismo a través nuevas técnicas de impresión, composición y diseño que le han permitido afianzar su posición en el mercado del envase. El momento dulce que atraviesa tiene una base clara como es el crecimiento exponencial que está viviendo el e-commerce, que año tras año bate sus cifras a ritmos superiores al 30% y que tiene una ingente demanda de esta materia prima. En el último año hemos asistido a un importante volumen de operaciones de compra-venta que han tenido al cartón como eje de las mismas. En la cúspide de todas las operaciones que han sucedido este año está la compra de Europac por parte de DS Smith, así como otros movimientos de relieve como la entrada de Saica en el capital de la francesa Emin Leydier, o el refuerzo de la alemana Klingele con la adquisición de Ondunova, operaciones todas que podrían haber quedado pequeñas si International Paper, muy activa también en el mercado espñol, hubiese conseguido su objetivo de hacerse con Smurfit Kappa. Pero incluso en sectores ajenos al cartón como el metal o la cosmética también se han producido ejemplos en el último año, como la adquisición de Caraustar por parte del grupo Greif o de Matías Gomá Tomás, que ha pasado a la órbita de un grupo hasta hace no mucho ajeno al cartón como es Cristian Lay. Los movimientos corporativos seguirán en 2019 con toda probabilidad.
* Las multinacionales españolas no se achican: y es que en el fondo todo lo que ocurrido con el cartón en el último año es una consecuencia lógica del tamaño que están adquiriendo el mercado en los últimos años, en los que los grandes grupos dominan en casi todos los estamentos. La emergencia de internet no hace más que afianzar precisamente este principio, al configurarse un panorama empresarial en el que impera el tamaño. En campos como el metal o el vidrio se trata de un fenómeno que para nada es nuevo, pero en el caso del cartón el efecto, como hemos mencionado, se ha redoblado en 2018 y en los próximos años se espera un mayor incremento en el mercado del plástico. Pero esta redimensión no es costa de los actores nacionales. Si se comparan las cifras de 2017 con las de una década antes, los porcentajes resultan ser muy similares. En 2007 de los 20 principales grupos de packaging controlados por Alimarket Envase, seis eran de capital español, el mismo número que ahora (aunque los nombres hayan cambiado) y el porcentaje de empresas controladas por firmas extranjeras era de un 40,4% del total, frente al 40,7% de la actualidad. Cifras que en esencia vienen a demostrar que España ha hecho bien los deberes y ha sabido resistir la embestida de los grandes grupos y tiene actores como Armando Álvarez, el grupo Petit, Lantero, Auxiliar Conservera, SP Group o Saica para mantener sus posiciones en el mercado. La ambición resulta una obligación si se quiere sobrevivir en un mercado cada vez más internacional.
* Los problemas en el consumo se ceban con los pequeños: la realidad actual con respecto al mercado español es que existen dudas en torno a cómo se comportará el consumidor el año que viene. En un entorno cada vez más complicado a nivel nacional, parece probable que, aunque no haya una contracción económica como tal, si que existen factores que pueden dificultar unos niveles de consumo estables a medida que la confianza industrial y social va bajando. En este contexto, las estructuras financieras de las que gozan los grandes grupos dejan en una situación más delicada a las compañías de mediana y pequeña dimensión. En la última mitad del año se han visto ejemplos de compañías de este perfil que se han visto en una situación delicada, como Coopbox, Feisa, Envases Metálicos Icaria o Sete, una lista que nadie duda que podría verse incrementada en los próximos meses si la economía nacional muestra signos de debilidad y se dificulta la exportación de productos en un momento en el que existe una guerra comercial de bloques a nivel mundial.
* La omnicanalidad se impone al e-commerce: hasta donde va a llegar la venta en internet es algo sobre lo que nadie tiene una idea clara, y menos después de que fenómenos como el Black Friday batan año tras año sus marcas. Lo que parece claro es que vaya a donde vaya obligará al mundo del packaging a reinventarse, aunque no está resulta fácil saber cómo. A pesar de la importancia clave que el asignan todos los estudios sobre este sector, es difícil saber cuáles son las prioridades que debe de cubrir. Sí que parece claro que el proceso de redefinición no sólo afectará al embalaje, que busca ser cada vez más eficiente al mínimo coste posible, sino también al envase primario.
El comportamiento del consumidor no sigue un patrón único y opta indistintamente por la compra física y la online, lo que obliga a que el producto esté perfectamente envasado para ser óptimo tanto por un canal como por otro. Esta omnicanalidad beneficia a campos como el embalaje flexible o incluso el cartoncillo microcanal, dada su versatilidad y resistencia. Planes de acción como el "packaging libre de frustración" que lidera Amazon inciden aún más en el envase ya que forzarán a determinados envases primarios a ofrecer niveles de resistencia al estrés semejantes o los embalajes ondulados con los que hasta este momento iban protegidos en su envío al consumidor.