La plataforma EsPlasticos, que agrupa a productores de plástico, transformadores, recicladores e institutos tecnológicos españoles, ha expresado su postura sobre el reciente proceso abierto por el Ministerio de Hacienda para implantar un impuesto que grave exclusivamente a los envases plásticos de un solo uso destinados a contener o proteger bienes o productos alimenticios. Para esta organización, que representa a más de 3.000 empresas, la medida supone importantes puntos alarmantes en cuanto a su impacto sanitario y socioeconómico. Manifiesta su preocupación especialmente por el carácter discriminatorio de la propuesta del Ministerio y, especialmente, por la falta de un estudio científico detallado previo sobre el impacto sanitario, medioambiental y económico de reducir el envasado plástico.
Tampoco la reciente Directiva Europea de Plásticos de un Solo Uso (SUP) ha contado con un estudio de impacto, a diferencia de legislaciones similares que desarrollaron estudios de hasta dos años. Las empresas del sector consideran alarmante la aprobación exprés de normas con un impacto medioambiental, y en nuestros hábitos de vida y consumo, tan profundos.
La UE ya avisa del aumento de alertas sanitarias
EsPlásticos considera que un impuesto intencionadamente discriminatorio que solo grave a un material, el plástico, con el fin de desincentivar su uso, es alarmante a nivel de seguridad alimentaria y sanitaria. Como recuerda, “los plásticos son los materiales más regulados por parte de las autoridades y por ende los más seguros y sus características ofrecen la mayor protección del alimento con el que están en contacto, ayudando a evitar la propagación de epidemias y enfermedades”.
La tendencia a reducir el uso de plásticos en los materiales en contacto con la comida ya se ha traducido según EsPlásticos en un aumento de las alertas alimentarias en la Unión Europea del 17%. Así lo señala el último informe disponible de la RASFF (Rapid Alert System for Food and Feed, un sistema de alerta rápida de emergencias alimentarias en el seno de la Unión Europea), el sistema de alerta alimentaria de la UE, que muestra claramente como los plásticos son el material para contacto alimentario que menos alertas provocó en Europa. Por el contrario, el organismo da la alarma sobre el incremento de las alertas de materiales sustitutivos “falsamente descritos como compostables o eco-friendly”.
Precisamente la OCU, junto a otras organizaciones de consumidores europeas, ha alertado de que no existe una normativa de seguridad europea que evalúe el riesgo para nuestra salud de ciertos envases no-plásticos destinados a la alimentación.
La alternativa, un impuesto a vertedero
Para EsPlásticos, no deja de ser curioso que una propuesta definida por el propio Ministerio como medioambiental, no venga precedida de un estudio de impacto ambiental (huella de carbono o consumo de recursos) por productos y materiales. Informes realizados por actores ajenos a la industria ya señalan el potencial impacto de esta tendencia normativa antiplásticos como el Ministerio de Medioambiente Danés o incluso el propio Grenpeace señalan ya la huella ecológica superior o las dificultades para reciclar ciertos productos de materiales alternativos.
La plataforma recuerda además que, según un reciente estudio presentado durante el COP25, sustituir todo el envasado plástico europeo requeriría al año el doble de energía, triplicando las emisiones de efecto invernadero (97,4 Mt frente a 36,6 Mt). Además, multiplicaría casi por cuatro el consumo de recursos (66 Mt frente a 18,4 Mt) para los mismos productos. Esto se explica por las características de procesado de los plásticos y el escaso peso del material.
Para las empresas del sector, sustituir el plástico simplemente traslada el problema de residuos a otros materiales. Por ello, proponen alternativas más eficientes como un impuesto nacional al vertedero, similar al de otros países europeos donde apenas hay vertido de residuos. Un impuesto que recomienda la propia Comisión Europea como medida para penalizar el depósito en basurero de residuos reciclables, de todo tipo de materiales.
Por último, existe una profunda preocupación en las empresas por el impacto de esta propuesta normativa para uno de los sectores industriales cualificados que quedan en España. Un sector clave que representa el 2,7% del PIB y más 250.000 empleos, incluyendo inducidos e indirectos, muchos de ellos en la conocida como España Vaciada. Las empresas de plásticos llevan años realizando inversiones de Economía Circular y reciclabilidad, estando además sus envases gravados ya con un punto verde que costea su reciclado.