Como estaba previsto, la Comisión Europea ha anunciado la prohibición total en el uso de bisfenol A en envases alimentarios al considerar que sus efectos son "potencialmente nocivos para la salud". El plan planteado por la Unión Europea contempla un periodo de eliminación progresiva de 18 meses para todos aquellos productos que incluyan este compuesto, lo que afectará a los recubrimientos internos de envases de metal, botellas de PC, así como utensilios de cocina de distinto tipo. Se deja la puerta abierta para que, en los casos en los que no haya alternativa viable, se pueda seguir empleando siempre que no suponga un riesgo para los consumidores.
Se pone fin a un largo debate en el seno de la Unión Europea sobre el uso de este compuesto en condiciones de seguridad. En los últimos 20 años, ha habido una fuerte polémica sobre si debería de ser eliminado de manera definitiva o no, después de que hace unos años fuera prohibido en ámbitos muy sensibles como los biberones. Hasta ahora, la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria en sus siglas en inglés) ha validado siempre que las concentraciones que se han encontrado de este material estaban lejos de ser preocupantes para la salud de los ciudadanos, a pesar de que, objetivamente, se había constatado que este compuesto era un claro disruptor endocrino .
Varios Estados como Francia o Suecia habían movido ficha por su cuenta para prohibirlo forzando a industrias como la conservera, especialmente importante en el país vecino, a buscar alternativas seguras para ser empleadas como recubrimientos. En el caso de España, la tramitación de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular vivió también un arduo debate sobre la conveniencia o no de prohibir el Bisfenol A que se decidió en el último momento fallando a favor de su eliminación.