Desde hace varios años, el embalaje flexible es objeto de interés para muchos sectores vinculados al negocio plástico. Pese a que durante años se movió en un estancamiento muy peligroso, los cambios tecnológicos acontecidos en los últimos ejercicios (sobre todo referidos a materiales y técnicas de impresión), unido a la abrupta caída de ingresos en sus sectores de origen (en especial, aquellas empresas que proceden de mercados como las bolsas comerciales, el film o los sacos) han empujado a un buen número de sociedades con una dilatada trayectoria en el mundo del plástico a probar suerte en el flexible.
Se trata además de una apuesta seria, habitualmente acompañada de inversiones productivas o estrategias comerciales claras. El resultado es un mercado rejuvenecido por la entrada de nuevos actores en el que la competencia no deja de apretarse. Según Alimarket Envase, la industria del flexible movió unos ingresos en 2015 de 1.410 M€, una cifra que supera en más de un 8% la de 2014. Pero más sorprendente resulta el crecimiento en volumen experimentado por las firmas de tamaño medio, que han visto como en los últimos años han ganado cuota en su conjunto en comparación con los diez principales grupos de este sector.
2015 se cierra con una ligera pausa en la carrera tecnológica por la impresión de máxima calidad. Las empresas que abrieron fuego incorporando las líneas más avanzadas están analizando la respuesta del mercado mientras esperan que la recuperación económica se asiente de forma definitiva y ayude a consolidar todos los proyectos. El último informe sobre el mercado del embalaje flexible recoge información financiera y de producción de unas 70 empresas, principalmente fabricantes, incluyendo datos de facturación, exportación y volumen fabricado, así como inversiones y un gráfico con el reparto de este mercado.