El packaging plástico en su conjunto, incluyendo aquí todo tipo de envases y embalajes rígidos pero también materiales flexibles, ha finalizado un 2016 muy positivo en el que, con sus más y sus menos, ha consolidado un proceso de recuperación iniciado ya en 2015. El escenario que se abre en 2017 se configura como de continuidad, aunque con una serie de notas que parece que serán clave para entender la marcha futura del sector. Muchas de ellas no dejan de ser la continuación del escenario vivido hasta ahora, pero la fase de recuperación en la que actualmente nos encontramos ha introducido variables de calado llamadas a dar grandes titulares.
En las dos últimas campañas el sector plástico ha gozado de unos precios de la materia prima en una horquilla baja, lo que ha permitido aprovisionarse de granzas sin problemas y que los envases plásticos resulten atractivos para el cliente. Pese a que los beneficios no han sido tan elevados como se podría esperar (los fabricantes de materias primas han controlado las caídas de precios con los paros productivos por fuerza mayor, que restringían la cantidad de producto puesto en el mercado) la paulatina recuperación de los precios del crudo, que parece que se agudizará en 2017, obligará a replantearse de nuevo la forma de producir.
Los materiales reciclados habían perdido interés en el mercado español por culpa de los bajos precios del material virgen, pero ahora se podrían camb iar las tornas. A este cambio de la coyuntura se añaden los avances técnicos experimentados en estos años en materia de recuperación (en especial la postconsumo), un marco legislativo más favorable (el Real Decreto 1025/2015 es una prueba de ello) la apuesta institucional clara desde la unión Europea por la Economía Circular, y una capacidad de proceso de materiales reciclados que no ha dejado de crecer.
Los grandes grupos multinacionales salvaron las mayores dificultades de la crisis y su excesivo apalancamiento a base de desinversiones selectivas y unos complejos procesos de reestructuración que, en un importante volumen de casos, supuso el cambio de deuda por acciones. En la mayor parte de los casos, con el músculo financiero apropiado, las dificultades se han solventado sin problemas. Pero las empresas que se han hecho cargo de estos grandes grupos buscan ahora dar salida a empresas totalmente saneadas. En los últimos meses, Reuters ha dado avance de muchas de las operaciones que podrían salir a la luz durante 2017 y que afectan a grupos como WestRock, Linpac o Schoeller Allibert.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) publico hace pocas semanas un informe sobre la evolución del sector postal y el de la mensajería y paquetería correspondientes a 2015 en el que se computaba un fuerte incremento de este último mercado, con un 20,9% más de envíos (336 M de envíos gestionados) y unos ingresos de 2.616 M€, un 8,7% más que en el mismo periodo del año anterior. Pese a que el cartón ondulado sigue siendo la principal herramienta para los envíos, el plástico se asoma a una importante oportunidad de negocio. Empresas vinculadas sobre todo a productos como el film o las bolsas, sectores muy machacados por la crisis, tienen una ventana de negocio excelente en mercados para los que, además, la inversión tecnológica no va a resultar exagerada, como los sobres para e-commerce. Asimismo, soluciones como la cinta adhesiva o las etiquetas pueden ver incrementada su demanda si saben adaptarse a las necesidades de personalización que demandan muchas compañías que empiezan a explotar la venta online. En cuanto a los grandes operadores como Amazon o Rakuten, este perfil de empresas está buscando formas de optimizar el embalaje para que el consumidor no se encuentre con elevados volúmenes de desperdicio cuando el producto llega a su domicilio. Combinar seguridad y protección del contenido con un embalaje más sostenible son los retos a los que debe ahora responder la industria.
La batalla contra el desperdicio alimentario parece que será uno de los ejes los próximos años en la industria del consumo europea. Según la FAO un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierden, lo que supone unas mermas de 1.300 Mt al año. Un informe elaborado por albal hace unos años calculaba que un 20% del gasto alimentario en Europa acababa en la basura y más del 50% era evitable. En cifras redondas, cada español tira unos 63 kg de comida al año equivalentes a 11.000 M. El desperdicio alimentario es ahora mismo una prioridad para el conjunto del sector de E+E, pero parece que el plástico y flexible es el que más delantera lleva a este respecto. Soluciones como los envases multicapa o los sistemas recerrables se configuran como las principales ayudas para conservar los alimentos durante más tiempo. Pese a que en España su presencia es limitada (en el caso de los recerrables, casi testimonial), el apoyo institucional que están recibiendo estas medidas desde la Unión Europea (se busca reducir el volumen de desperdicio a la mitad entre 2020 y 2025) pueden ser el empujón definitivo para que se implanten estos envases.
Que la impresión digital ha venido para quedarse es ya un hecho. Drupa ha sido la constatación de cómo se ha impuesto está tecnología, con contratos millonarios firmados cada día de feria. Las inversiones sin embargo son todavía tan elevadas que se miran con mucha precaución. No obstante, las ventajas resultan evidentes. Empezando por el hecho de que las calidades fotográficas y los efectos convierten al envase en una herramienta de marketing aún más poderosa y siguiendo porque facilita la posibilidad de que el cliente realice pedidos de tiradas cortas, lo que permite sacar promociones exclusivas y lanzar productos en fase de prueba sin tener que comprar toneladas de material que luego sean difíciles de utilizar. La delantera por el momento la lleva la industria del etiquetado y los sleeves, que ha aceptado esta tecnología con éxitos bastante importantes, pero también el sector del flexible ha dado un paso al frente, abriendo sobre todo nuevas oportunidades de negocio en el mercado internacional. 2017 debería de consolidar esta tendencia de forma clara.