Con la inercia de un lustro de bonanza, pero en un contexto actual de desaceleración económica que ya lastró los ratios de 2018, el mercado de hoteles de 5 Estrellas (5E) y Gran Lujo (GL) en España continúa ampliando su oferta. El proceso se materializa con numerosos cambios de marca y operador hotelero, transacciones y compraventas y, por supuesto, inversiones que conllevan reposicionamientos y “upgrades” o la puesta en marcha de nuevos alojamientos turísticos de alta gama. Los grandes grupos y cadenas del “luxury”hotelero imponen su tamaño y saber hacer en un sector cada vez más globalizado y sofisticado, de modo que la nómina de enseñas foráneas y el número de sus unidades afiliadas no cesa de crecer en nuestro país. Un desarrollo apoyado en el dinamismo y la liquidez de fondos de inversión que apuestan decididamente por el inmobiliario hotelero de lujo, pero abanderado ahora con rótulos de renombre mundial.1