Todo apuntaba a una temporada satisfactoria cuando llegó el mazazo: la crisis sanitaria mundial del coronavirus ha clausurado toda actividad hotelera en España a finales de marzo. A partir de ese momento, se cierne la incertidumbre total sobre la duración de la pandemia tanto en España como en el resto del mundo. Porque lo más preocupante será conocer la repercusión a corto-medio plazo que esta situación tendrá sobre los flujos turísticos internacionales, incluidos los de los visitantes a nuestras playas, dado que el sol y playa sigue siendo el corazón del negocio hotelero nacional.