Antes de la crisis del coronavirus, el pasado año ya estuvo marcado por tendencias negativas en el mercado turístico canario, resumidas en la caída de la demanda extranjera, a raíz de la recuperación de competidores mediterráneos y acentuada por la quiebra de Thomas Cook, que asimismo redujo la conectividad aérea. Por lo demás, la planta hotelera permaneció estable, con algún movimiento puntual, como la expansión del grupo ALG.