La crisis turística provocada por la pandemia del coronavirus ha retrasado la puesta en marcha de bastantes de los proyectos hoteleros que tenían prevista su finalización durante el pasado ejercicio en nuestro país. Sin embargo, las cadenas, principalmente, y los operadores independientes encontraron opciones para sostener el volumen de aperturas incluso por encima de otros años “normales”. Entre otras, las alternativas de los pujantes ‘serviced apartments’ y las villas, mejor adaptadas a las tendencias “contactless”, el lujo y los hoteles boutique, como segmentos refugio y diferenciales, y el mercado urbano, por encima del vacacional, con la ciudad de San Sebastián como estrella.