La velocidad de implementación de las nuevas tecnologías y los rápidos hábitos de consumo de la vida moderna han conllevado en los últimos años a una modificación en nuestra vida cotidiana. Estos cambios se han trasladado también al mundo de la restauración. El cliente exige un servicio rápido pero a la vez óptimo. Una mala gestión del servicio de un establecimiento puede llevar al disgusto del comensal si se alarga la espera a la hora de tomar el pedido o pagar el servicio. Los productos como la telecomanda o la Terminal de Punto de Venta -TPV- hacen más fácil a los camareros la gestión y la rapidez del servicio. Pero la alta competencia y la crisis obliga a la cadena de restauración a cuidar hasta el más mínimo detalle y para ello necesita estar atenta a las últimas evolcuiones tecnológicas.
La irrupción de los llamados teléfonos inteligentes -smartphones- en los últimos años y su influencia en muchos hábitos de consumo (ocio, webs de opinión de restaurantes...) ha conllevado que las operadoras de hardware y software implementen cada vez más nuevos servicios aplicados a restauración, según se desprende del reportaje publicado por la revista Hostelmarket .
Tendencias
Las tendencias en software giran cada vez más a reducir el soporte físico y al ahorro de costes. La operatividad del servicio de cloud computing, la denominada 'nube', permite a los administradores del local a descargar solamente los datos y servicios que necesita, con el consiguiente ahorro de gastos y de tiempo. El acceso es ilimitado y 24 horas y posibilita una mayor gestión de la plantilla y de sus horarios, por ejemplo.
En hardware se está implantando otros servicios, aunque de manera más lenta. Entre ellos están los kioscos autoservicio (orientados a fast food y público más joven) o la cartelería digital, para promociones y publicidad en el propio restaurante. Cada vez prima más la interacción entre cliente y restaurante y plantilla. En ocasiones, al cliente le gusta sentirse partícipe (redes sociales, webs de opinión...) en su influencia para desarrollar los gustos o menús de los locales y, a su vez, el gestor necesita conocer los gustos y necesidades de los comensales.
La interacción entre cliente y restaurante es considerada básica por la mayoría de los expertos consultados por Hostelmarket. Gran parte de ellos coinciden en que la crisis está obligando a las cadenas a evolucionar y a desarrollar nuevos conceptos en pos de conseguir la fidelización del cliente y sobrevivir frente a la dura competencia.