La patronal UNO Logística ha presentado el ‘I Informe de la Competitividad Logística de España y sus Comunidades Autónomas’ (ICLE 2023), un instrumento de gestión para dar a conocer la dimensión de la industria y poder mejorar así su desempeño. Así lo ha manifestado el presidente de UNO, Francisco Aranda, quien ha concretado que el propósito del estudio es valorar la competitividad del sector logístico español en dos niveles, regional e internacional, a través del análisis de indicadores como el impacto en el PIB, el empleo en el sector, el precio del suelo, el número total de empresas y nodos logísticos existentes, la presión fiscal o el transporte de mercancías en todos sus modos, entre otros.
La primera parte del informe analiza la importancia del sector logístico español en sus 17 autonomías (más Ceuta y Melilla). A la cabeza del ranking se sitúa la Comunidad de Madrid, ya que cuenta con un importante tejido productivo que sirve como palanca de atracción para otras compañías, una buena tasa de actividad, unas infraestructuras muy competitivas, una posición geoestratégica magnífica y una política fiscal muy favorable para la inversión productiva. El precio del suelo constituye, por el contrario, es el mayor hándicap de la región, donde las tarifas pueden llegar a superar los 350 euros €/m2. Seguidamente se sitúa Cataluña, que dispone de un tejido productivo fuerte y de un importante puerto marítimo -el de Barcelona-, que la sitúa como eje principal del Corredor Mediterráneo. Por el contrario, cuenta con dos grandes desventajas a nivel logístico: la falta de suelo y su coste, con precios de hasta 700 €/m2. El podio lo completa Andalucía, que goza de una gran red de carreteras y de infraestructuras marítimas de relevancia . Además, cuenta con una gran densidad de población y un gran número de empresas, lo cual sirve como palanca de atracción hacia el sector logístico. Por el lado negativo, carece de capacidad para el transporte aéreo de mercancías, y ha mantenido históricamente una elevada presión fiscal sobre las empresas -aunque viene registrando un marcado descenso-.
La segunda parte del informe profundiza en el análisis de la competitividad logística de España respecto a Alemania, Bélgica, Países Bajos, Reino Unido, Francia, Italia y Polonia. Entre las ventajas competitivas de las que dispone nuestro país destaca el crecimiento del impacto del sector en el PIB nacional con casi un 7%, y sólo por detrás de Bélgica, Países Bajos, Polonia y Alemania. También destaca por la disponibilidad y el precio del suelo potencialmente destinado a instalaciones logísticas. Además, se sitúa como el tercer país con mayor disponibilidad de suelo en zona prime, sólo por detrás de Francia y Alemania, con 1,55 M m2 disponibles.
Respecto al Índice del Desempeño Logístico (LPI), indicador que refleja la eficacia de las cadenas de suministro a nivel global, cabe destacar que España es el país que ha experimentado un mayor incremento desde 2010 (7,57 %), pasando del puesto 26 al 13 en el mundo. El informe también revela que, en comparación con el resto de países analizados, España se encuentra en situación de pleno empleo. La situación energética en España también constituye una clara ventaja respecto a nuestros vecinos europeos. Concretamente, el precio de la luz en España es un 61% menor que el promedio de los territorios analizados; y el precio medio de la gasolina un 4% inferior a la media.
La situación ferroviaria es uno de los puntos débiles de España, debido a que sólo existen dos accesos de entrada/salida de mercancías hacia Europa por este medio (Irún y la Junquera); y a que el cambio de ancho de vía en frontera frena la conexión ferroviaria con el resto de Europa y limita las toneladas de mercancía transportadas internacionalmente.
Por otra parte, a pesar de que el sistema impositivo no es un aspecto específico del sector logístico, la situación fiscal de un país es determinante para la inversión empresarial. En este sentido, España registra una debilidad competitiva respecto a la media europea, con un sistema impositivo poco estable y muy exigente con las empresas.
Por otro lado, cabe destacar que, pese a que los aeropuertos de Madrid y Zaragoza crecen anualmente en transporte aéreo de mercancías, España aún está muy lejos de los aeropuertos líderes europeos, lo que queda reflejado en el indicador de competitividad aduanera, donde nuestro país se sitúa a la cola del ranking.
El ICLE 2023 destaca también otras fortalezas y oportunidades por las que debemos apostar de cara al futuro: situación de pleno empleo en el sector, posición geoestratégica, aprovechamiento del suelo y región de referencia en Europa en energías renovables