Reformas y ampliaciones
A falta de inversión en infraestructura de nueva planta, algunos de los principales grupos están apostando por acometer mejoras en sus centros. Un caso representativo es el del grupo Ballesol, que viene desarrollando en los últimos años un plan de ‘restyling’ en su red, centrado en recuperar y depurar la parte más hotelera. Valorado en 6 M€ (unos 2 M por año desde 2011 y hasta el ejercicio en curso), afectará a las 47 instalaciones operativas de Ballesol, con proyectos que van desde la instalación de baños geriátricos y renovación de puertas, a planes de eficiencia energética, como la instalación de placas solares o cambios en la iluminación.
Por su parte, el grupo gestor madrileño Casablanca confíaba en rematar en este 2013 la primera fase de las obras de ampliación que estaba acometiendo en su residencia de Griñón (Madrid). El proyecto, valorado en 3 M€, contempla la construcción de un edificio anexo de 2.800 m2 y la reforma del actual, con intención de ampliar la capacidad en 70 camas adicionales, hasta alcanzar las 130 (40% en habitaciones individuales).
El grupo madrileño Los Nogales ha procedido ya a derribar la residencia más antigua de su red, sita en el madrileño Paseo de las Acacias. Aunque la intención inicial del grupo es la de reconstruirla, el proyecto ha quedado de momento aparcado, hasta que mejore el ciclo económico. En esta misma situación de stand-by se encontrarían el resto de los proyectos que maneja la gestora, salvo quizás el futuro centro previsto en Villaverde, que sería el primero que podría levantarse, con unas 215 camas.
Igualmente, podría llegar a buen puerto la reforma integral de la residencia ‘Santa Eugenia’, que se ejecutaría por fases, con intención de mantener la actividad del centro durante las obras. Todo, tras haber abierto recientemente un nuevo geriátrico en Madrid, con capacidad para 380 usuarios (algo más de 100 para válidos y el resto para asistidos). Las obras, valoradas en su momento en algo más de 14 M€, contemplan entre 200 y 300 plazas de aparcamiento, además de un centro de día para 40 mayores. El diseño incluyó además la construcción de un balneario urbano, que, de momento, el grupo no tiene pensado poner en funcionamiento.
También procedió a la renovación integral de uno de sus centros el grupo Caser Residencial filial de la aseguradora Caser. En este caso, la compañía tuvo que cerrar su centro de Lorca (Murcia) para reparar los daños producidos por el terremoto que afectó a la localidad en 2011. Con un presupuesto de 2 M€, las obras se aprovecharon también para incluir pequeñas modificaciones, con las que se mejoró la comodidad de los residentes. En paralelo, Caser avanza en la puesta en marcha del geriátrico que mantiene en construcción en Alcobendas (Madrid).
Más ambicioso es el plan emprendido en los últimos ejercicios por Orpea, filial de la francesa homónima, quien además, no descarta la búsqueda de solares para nuevas implantaciones, en paralelo a la firma de nuevos acuerdos de gestión. Por lo que respecta a sus proyectos de reforma, destaca especialmente el plan que viene desarrollando para reconvertir sus áreas de asistidos en unidades independientes de Alzheimer de entre 20 y 22 camas. Las nuevas dependencias se han diseñado con jardín, zonas de deambulación, de reminiscencia, etc.
También las entidades públicas han apostado por la reforma de sus centros, con proyectos como el del Icass, para ampliar la residencia de Sort (Lleida), por una cuantía de más de 1 M€. Por su parte, la Xunta de Galicia también esta acometiendo modificaciones en su residencia de Campolongo, en Pontevedra. En este caso, las obras permitirán incrementar en 50 plazas la capacidad del centro (tiene 136 camas), al tiempo que el centro se adaptará paulatinamente a la atención a dependientes.