Apuesta por la interoperabilidad
A partir de mediados de esta década, se incrementa el esfuerzo en la incorporación de estándares y comienza una apuesta clara por la interoperabilidad de las distintas aplicaciones, tanto dentro de los hospitales como en las Comunidades Autónomas, haciendo especial esfuerzo en la compatibilidad de la Historia Clínica Electrónica y la Receta Electrónica en todo el Estado. Se consolida el proyecto HCDSNS, Historia Clínica Digital del Sistema Nacional de Salud, iniciativa del Ministerio de Sanidad español que tiene como finalidad garantizar a ciudadanos y profesionales sanitarios el acceso a la documentación clínica más relevante para la atención sanitaria de cada paciente. Este proyecto, junto con e-Receta se espera que estén totalmente implantados a finales del 2019. También se inicia el proyecto EpSOS, European Patients Smart Open Services, la que podemos llamar HCE reducida europea, que tiene como objetivo: diseñar, construir y evaluar una infraestructura de servicios para alcanzar la interoperabilidad transfronteriza entre sistemas de Historiales Clínicos Electrónicos Europeos. Se estima que en 2021, al menos 23 países europeos dispondrán de una HCE y una e-Receta interoperables.
Hasta aquí podemos afirmar que la primera transformación digital, a pesar del escaso nivel de interoperabilidad alcanzado, ha seguido el camino esperado para un modelo de gestión del Sistema Nacional de Salud como el actual, muy basado en la organización profesional. Pero la realidad de la transformación exponencial de la sociedad por la influencia de las TIC, el progresivo envejecimiento de la población y los movimientos migratorios obligan a redefinir el modelo asistencial posicionando al ciudadano en el centro, esta vez de verdad. Se trata de redefinir todos los procesos con una visión transversal de la asistencia, situando al ciudadano, como agente activo y responsable, que participa en todas las decisiones relativas a su salud.