Hace ya unos años, la impresión de piezas y productos con tecnología 3D era una quimera, un logro a realizar que parecía no llegar nunca. Sin embargo, la sociedad tecnológica actual se encuentra en un proceso de crecimiento exponencial, y, al igual que en el resto del entorno en el que nos movemos, los tiempos de alcanzar ciertas metas se acortan de una manera que no se había previsto y en muchos casos, estos sucesos llegan antes de lo esperado. Este es uno de esos casos.
Hablar de fabricación de piezas con tecnología de impresión en 3D hace 10 años era casi una utopía; ahora mismo, se podría decir que la tecnología esta cuasi madura, y este cuasi se refiere a que cada vez salen nuevos usos no previstos que hace que nunca se llegue a esa meta final. En este escaso periodo de tiempo, los usos y los propios materiales han sufrido una evolución imprevista y disruptiva que hacen plantearse escenarios no esperados hace menos de 2 años, así como escenarios que no somos capaces de imaginar en la actualidad.