Proceso de construcción y materiales
El proceso de construcción es relativamente básico, ya que la realización de una pieza sigue una serie de pasos sencillos, como son la obtención de una imagen basada en tomografía axial computarizada, intentando ser lo más fiable posible, en el sentido de que el número de cortes sea lo más elevado; un software de renderización y prototipado, que en base a la imagen del TAC pueda reproducir la imagen y generar una pieza en su modelo 3D; una verificación del correcto prototipado por parte del usuario junto con el ingeniero; y un pase a producción real, que implica la impresión de la pieza para el uso que se le vaya a dar. Con estos sencillos pasos, se puede construir una pieza en sanidad, sea cual sea el uso o el proyecto destino de la pieza.
Como se ha dicho, los materiales dependen de los usos para los que se quiera la pieza. La evolución del material ha ido acorde al propio desarrollo de la tecnología en 3D. Inicialmente se empezó a realizar estas impresiones con bobinas de hilo de distinto tipos de material plástico, lo que daba lugar a distintas durezas, y distintas sensaciones al tacto. Estos han ido evolucionando hasta material biocompatible, pasando por variedades y mezclas de metal con polímeros e, incluso, arena de sílice, cuyo tacto es lo más parecido al hueso. Todo este rango de material ha hecho que las áreas de uso también se amplíen.
Además, con el desarrollo de esta tecnología, y con respecto a algunos materiales como pueden ser los metálicos, se han eliminado muchas barreras de los métodos tradicionales de fabricación, ya que la fabricación capa a capa ayuda a la construcción de formas geométricas complejas sin tener que retocarlas, a un coste infinitamente menor y con una calidad muy superior.
Por último, y no menos importante, se han estado desarrollando en los dos o tres años precedentes los materiales biocompatibles, que van a permitir dar un salto abismal en la llamada medicina personalizada.