Necesidad de una actuación formativa de amplio alcance
El desarrollo de las competencias digitales en el sector salud está, en términos generales, retrasado en relación con las necesidades y la evolución de la tecnología. Se hace necesario revisar el papel de los profesionales sanitarios y sus perfiles cambiantes para examinar los huecos de conocimiento y habilidades, a fin de identificar las necesidades de formación y las oportunidades de desarrollo profesional. Teniendo en cuenta las características y dimensiones del sistema sanitario, la mejora en la formación digital requiere acciones de muy amplio alcance en educación reglada y en el desarrollo profesional continuado. La naturaleza y profundidad de la situación plantea la necesidad de realizar una actuación masiva a todos los niveles bajo la iniciativa institucional. No se puede esperar que se resuelva por la mera iniciativa individual. Una de las dificultades es que la mayoría de los entornos docentes involucrados en la educación de los profesionales sanitarios, tanto en pre como postgrado, no tienen recursos ni capacidades para abordar este reto que además requiere una aproximación multidisciplinar.
De acuerdo con los expertos, existe la necesidad de adoptar en el sistema sanitario mapas y estándares de las competencias digitales necesarias para los distintos grupos profesionales, así como de los nuevos perfiles profesionales emergentes para guiar currículos y programas de formación incluyendo los aspectos metodológicos y los sistemas de evaluación y de certificaciones. En esta línea se han pronunciado sociedades científicas como IMIA, a nivel mundial, y la EFMI en el marco europeo. Por su parte, la SEIS en España lleva muchos años promoviendo la formación en TIC para la Salud y en digitalización sanitaria como un pre-requisito para la trasformación digital de la sanidad española.
Ciertamente, las acciones de potenciación de los recursos humanos se deben tomar hoy día, pero teniendo en cuenta que los profesionales sanitarios del mañana necesitarán competencias en conocimientos, habilidades y actitud distintas de las que poseen hoy día. A este respecto, aunque se piense que las nuevas generaciones están inmersas de facto en el uso de nuevas tecnologías, eso no implica que dispongan automáticamente del conocimiento y las destrezas necesarias para el uso eficiente de las TIC involucradas en la evolución de la práctica sanitaria actual. Hay que asegurar que el ritmo de los desarrollos de la tecnología se refleje a tiempo en las capacidades y habilidades de los profesionales sanitarios que las van a utilizar. Para su realización efectiva se hace necesaria la sensibilización e implicación del mundo educativo, pero también de las sociedades científicas, las asociaciones profesionales, la industria y, muy especialmente, de las propias organizaciones sanitarias al más alto nivel.