El futuro de la robótica en los hospitales
La innovación en la robótica no se detiene. Los avances tecnológicos hacen que la cirugía robótica evolucione al ritmo de la Inteligencia Artificial (IA) y el Big Data, cuyos avances ya se están implementando en el sector sanitario, En breve saldrán al mercado nuevas plataformas muy potentes de robots quirúrgicos con más brazos y más mejoras. En el futuro, los robots equipados con inteligencia artificial podrían asumir tareas básicas de atención médica. Así, un equipo de investigación de la Universidad Simon Fraser (British Columbia, Canada) ha desarrollado dos robots para medir las señales fisiológicas humanas. El brazo robótico, creado con las estructuras de origami impresas en 3D, contiene electrodos biomédicos en la punta de cada dedo. Cuando la mano toca a una persona detecta señales fisiológicas.
Otro equipo de investigadores de cuatro universidades europeas ha comenzado a trabajar en el desarrollo de un nuevo robot quirúrgico capaz de oír, de tener tacto e incluso olfato. Este proyecto de investigación llamado FAROS anuncia un punto de inflexión en la robótica al añadir sensores auditivos y hápticos. Por su parte, científicos europeos están desarrollando una piel artificial que permitirá construir robots que detecten texturas, etc.
En rehabilitación se está trabajando en el desarrollo de prótesis fabricadas con materiales blandos, soft robotics, que proporcionan más flexibilidad y adaptabilidad que los fabricados con materiales rígidos. Otra línea de investigación es el desarrollo de microrobots. ViRob es un robot desarrollado por el Instituto Tecnológico de Israel, diseñado para llegar a lugares del interior del cuerpo humano a donde no se llegaría con los instrumentos médicos habituales. Se trata de un robot médico de solo 14 milímetros. En la misma línea, el Instituto Max Planck ha desarrollado un millirobot que es capaz de nadar por el flujo sanguíneo. Lleva nanoparticulas magnéticas en su estructura lo que permite guiarle con un campo magnético externo. Y en Estados Unidos y China se está investigando en el desarrollo de nano robots de ADN programados para llevar cargas útiles.
Otra línea de trabajo, que se está realizando en el Instituto de Bioingenieria de Cataluña, es el desarrollo de biobots, robots con parte de anatomía artificial y otra compuesta por células, con capacidad para autoentrenarse, nadar y moverse. También está surgiendo un prometedor mercado de servicios relacionados con la robótica apoyada en la nube, especialmente para la robótica móvil. Este tipo de máquinas, más independientes e inteligentes, generan grandes cantidades de datos que deben ser recogidos, analizados, protegidos y utilizados. La próxima generación de implementaciones de robots será cada vez más móvil, consumirá grandes cantidades de datos para operar de forma autónoma, y necesitarán una gestión eficaz mediante mediciones en tiempo real del rendimiento, el estado y la operatividad. Y quizás veamos, en un futuro próximo, desarrollarse la inteligencia de enjambre en la robótica, comunicándose entre sí miles de robots para colaborar y hacer tareas complejas, igual que hacen las abejas en el campo, y que las convierte en una de las grandes potencias de la naturaleza.