Infraestructura y tecnología, facilitadores clave
La realización de las visiones transformadoras que se preconizan para la salud digital requiere la potenciación de las infraestructuras y la dotación de soportes tecnológicos más allá de una visión utilitaria que limite el esfuerzo inversor en TIC estrictamente a lo necesario para mejorar ciertos procesos actuales. Además, es necesario realizarlo a un ritmo acorde con la aceleración que requiere la realización de los planes actuales sobre el uso y explotación de los datos de salud.
En ese sentido son esperanzadoras las perspectivas que plantea la Estrategia de Salud Digital del SNS y las posibilidades de financiación con los fondos europeos.
Los sistemas de datos requieren herramientas como bases de datos flexibles que soporten la utilización de datos no estructurados; sistemas basados en la nube; arquitecturas que soporten analítica en tiempo real y el uso de IA; así como infraestructuras de conectividad avanzada con 5G capaces de soportar mayores anchos de banda, baja latencia en la comunicación y menos consumos de energía. Entre las tecnologías habilitadoras emergentes hay que considerar las de computación en el borde (edge computing) de forma que los dispositivos más básicos como dispositivos IoT generen y analicen datos usables en la fuente; de computación en la memoria para un procesado más rápido y efectivo para tareas intensivas de analítica, y explorar el potencial de los sistemas ciberfísicos construyendo “digital twins” de los sistemas del mundo real en sanidad.
Además de las inversiones en tecnología es necesario considerar el fortalecimiento de las estructuras de gestión y operación de las TIC en salud. En este sentido hay que abordar el reto de la potenciación e incorporación de talento digital en el SNS, con recursos humanos preparados y acordes con la envergadura y naturaleza de la empresa del desarrollo práctico de la Estrategia de Salud Digital del SNS.