En un mundo cambiante, donde cada día nos sorprende la tecnología y los avances en la “real life” parece que van superando a la ciencia ficción, como es el caso de una plataforma de IA que todos tenemos en nuestra mente, hay tecnologías que han llegado hace un tiempo y que poco a poco se están asentando y están ayudando de una manera importante al cuidado de la salud de nuestra población, de una manera silenciosa pero poderosa. Este ese el caso de la Realidad Aumentada.
La Realidad Aumentada, RA a partir de ahora, es el término con el que designamos al conjunto de tecnologías que permiten que un usuario pueda ver parte del mundo que le rodea en su vida cotidiana, añadiendo información gráfica que complemente y “aumente” la sensación de interacción con su entorno. El dispositivo, o conjunto de dispositivos, añaden información virtual a la información física ya existente, de manera que una parte virtual aparece en la realidad. De esta forma, los elementos físicos tangibles se combinan con elementos virtuales, creando así una realidad aumentada en tiempo real. El término empezó a usarse en 1992, aunque no se popularizo hasta que unos juegos para adolescentes lo hicieran hace menos de una década.
Tipos de Realidad Aumentada
En la actualidad, podemos encontrar distintas variedades de realidad aumentada. Así, existe la RA sobre marcadores, en la que un marcador sirve para que el sistema de RA pueda posicionarse sobre un punto y así desplegar el contenido visual. Un marcador puede ser una imagen (incluido un logo) o cualquier objeto 2D que pueda ser señalizado y reconocido por la cámara. Debido a su uso como reconocimiento de imagen, este tipo de RA es también llamado RA basado en reconocimiento.
Por su parte, la realidad aumentada con seguimiento de imágenes (Image tracking) persigue colocar contenidos de RA sobre una imagen (tracker o trigger de la experiencia), sobre la que los contenidos quedarán fijados en todo momento. Nuestro disparador puede ser cualquier tipo de elemento visual de nuestro día a día: un póster, la portada de una revista, una tarjeta de visita, el catálogo de juguetes de Navidad, o incluso una fotografía de nuestras vacaciones. Cualquier imagen puede ser un potencial marcador de una experiencia de realidad aumentada.
Mientras, la realidad aumentada geolocalizada tuvo su auge con la aparición del juego Pokemon Go, allá por el año 2016. La clave es que una vez está en una localización concreta, pueda interactuar con su entorno inmediato mediante la AR, y con dicha interacción conseguir un objetivo. Por último, la realidad aumentada en superficies (también llamado World tracking o SLAM) es una extensión del seguimiento tradicional en el que una aplicación o una pieza de tecnología intenta reconocer el mundo físico a través de puntos característicos. Estos puntos característicos funcionan como marcadores para definir el mundo. A partir de esta localización se genera dinámicamente un mapa.
Aplicaciones en el sector sanitario
La RA es, desde luego, una tecnología disruptiva que en el momento actual tiene ya varias aplicaciones, como son la formación médica, tanto para los adjuntos como para el personal MIR, ya que esta tecnología permite un aprendizaje inmersivo, permitiendo practicar procedimientos y simular casos clínicos de manera interactiva y realista en un entorno controlado y seguro; la cirugía asistida, que al permitir superponer imágenes medicas en tiempo real, logra una mayor precisión en las intervenciones; o la rehabilitación, en la cual la RA se utiliza para motivar a pacientes y guiarlos a través de ejercicios interactivos, facilitando la recuperación y el seguimiento del progreso del paciente.
Existen en la actualidad algunos ejemplos, tanto en España como el mundo, sobre la utilización de realidad aumentada. Por ejemplo,el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo ha desarrollado el proyecto TOYRA, en el que se aúna un sistema de utilización de elementos físicos interactivos en un entorno de RA aplicado a la terapia ocupacional, lo que impacta directamente en la recuperación de los pacientes y su inserción en el entorno que les rodea. Se trata de la simulación de situaciones reales, con la ventaja que conlleva para el paciente, ya que aporta una rehabilitación con un fino control evolutivo de la misma.
Por su parte, el Hospital Universitario Gregorio Marañón ha implementado una aplicación de RA en el área de quirófano, que, combinando una impresión en 3D y mediante unas gafas de realidad virtual, permite al cirujano tener acceso a toda la información que precise sobre el propio paciente, con lo que se consigue reducir el margen de error y garantizar una precisión submilimétrica a la hora de hacer incisiones.
Mientras, en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla se está usando tecnología de Microsoft, basada en los dispositivos HoloLens 2, para la planificación de procedimientos clínicos complejos y la colaboración entre médicos de todo el mundo. El uso del visor HoloLens 2 permite al especialista consultar datos del paciente ágilmente durante la operación mediante hologramas y gestos, sin contaminar los guantes.
Para terminar con los ejemplos, Cleveland Clinic es el primer centro donde se empezó a desarrolla la RA en sanidad en todo el mundo, por lo que ya tienen una larga experiencia en dichos sistemas. El personal investigador y los facultativos de la Cleveland Clinic han desarrollado una plataforma de RA, usando un ordenador holográfico para mejorar el tratamiento del cáncer de hígado, los aneurismas aórticos, el cáncer de ovario e incluso la cirugía de trasplante facial.
Como conclusión, cabría destacar que la RA está transformando la forma en que los sistemas sanitarios están interactuando con sus asegurados, y aun estando solo en los comienzos de esta tecnología, cabe esperar que en los próximos años pueda ser visible en prácticamente todas las áreas clínicas y en muchas quirúrgicas. Y a diferencia de otras tecnologías emergentes, es una tecnología que socialmente es muy fácilmente asimilable, por lo que su desarrollo se espera vertiginoso.