La jornada vespertina ha comenzado con la ponencia de Mónica García, cofundadora y CEO del estudio de arquitectura 'Cómo crear historias', bajo el título “Espacios y jardines que te cuidan: el increíble caso de los healing gardens y otros relatos”. En su opinión, “durante la crisis del Covid-19 han aflorado grandes carencias, sobre todo en lo relativo a los espacios, que perdieron su relación con el entorno". Ha señalado cómo "la psicología ambiental nos advierte de la importancia del espacio para las personas que lo habitan", pero por el contrario los espacios destinados al cuidado sociosanitario suelen estar aislados del entorno y ser poco acogedores, además de ser espacios rígidos, lo que impide que puedan adaptarse a situaciones imprevistas como la pandemia,
García detalla cómo todos los seres humanos tenemos cuatro grandes necesidades: la creatividad, el contacto con la naturaleza (biofilia), la interacción social a través del apoyo mutuo y cuidados y la mitigación y adaptación al cambio climático. Sin embargo, según un estudio de la Universidad de Valencia y la Universidad de Santiago, durante el confinamiento, el 70% de los residentes vivieron en interiores. Para evitarlo, su estudio de arquitectura ofrece diversas modalidades, como healing gardens, plantscaping, rain gardens (cubiertas ajardinadas, estanques, etc. que aprovechan el agua de lluvia) o waytrading. No obstante, en el sector geriátrico los healing gardens "son la estrella, aunque todavía son poco conocidos en España y tienen mayor presencia en países nórdicos y en Estados Unidos. Este tipo de jardines tiene su origen en los hospitales, porque en los años 70 se determinó que las pacientes con vistas a la naturaleza se recuperaban antes,
Los healing gardens pueden ayudar a reducir el estrés, estimular recursos de curación interna y proporcionan espacios relajados. Además, aportan una "conexión flexible con el entorno" y permiten integrar el espacio exterior y el interior, proporcionado al mismo tiempo oportunidades para el ejercicio físico, la privacidad y las experiencias sociales. Para su desarrollo, 'Crear Historias' realiza un proceso de diseño participativo que ayuda a aclarar objetivos, reduce costes porque evita errores, sirve como estrategia de marketing y facilita la retención del talento.
"El mundo es diverso, pero han intentado homogeneizarnos a todos"
Federico Armenteros, presidente de la Fundación 26 de Diciembre, ha defendido en su ponencia "¿Es posible la diversidad en las residencias de mayores?" la necesidad de generar recursos para el colectivo LGTBI, apostando, en definitiva, por dar cabida a la diversidad.
Para ello, la Fundación 26 de Diciembre, integrada por 920.000 afiliados, considera necesaria la creación de un modelo de negocio de recursos geriátricos específicos en los que los mayores LGTBI se sientan libres (unos 38.000 estarían viviendo hoy en residencias estándar, según los cálculos de 26 de Diciembre). En este momento, la entidad ultima la apertura de un geriátrico específico para el colectivo en Madrid y cuenta con otro proyecto en Zaragoza, en ambos casos contando con la colaboración de las administraciones, vía concertación. Un modelo sin apenas precedentes en otros países de nuestro entorno.
Armenteros define la diversidad como la No homogeneidad, frente a la homogeneidad que se ha impuesto tradicionalmente. "El mundo es diverso, pero se ha intentado homogeneizarnos a todos" y, quizá, esta rémora histórica ha generado en el colectivo LGTBI unas características y necesidades especiales en el ámbito económico (el 64% tiene pensiones no contributivas); en el ámbito de las relaciones sociales y el uso de los servicios sociales ("teníamos que escondernos y hemos sido una generación abocada a la soledad"); en el ámbito de la afectividad (no han recibido el afecto habitual, no han podido compartir con sus familias sus vidas amorosas), en el ámbito de la salud; y en el ámbito de la sexualidad (es un colectivo mucho con una mentalidad más abierta, pero que ha tenido que esconderse).
El grupo social LGTB no ha podido desarrollarse en la sociedad históricamente, apunta Federico Armenteros. "Hemos tenido que vivir ocultos. A lo largo del siglo XX el colectivo ha estado perseguido, hemos sufrido primero la Ley de Vagos y Maleantes y después, hasta su derogación en 1978, la Ley de Peligrosidad Social, a la que siguió la ley vigente hasta 1988 de "Escándalo Público", que no han sido más que formas de persecución al colectivo, que se ha visto obligado a esconderse hasta no hace tantos años.
Para concluir, el presidente de la Fundación 26 de Diciembre ha sugerido los pasos a seguir para lograr la diversidad, que incluyen: escuchar a las personas y sus necesidades; "romper con el modelo de café para todos"; trabajar en la inclusión; visibilizar la diversidad y formarse en ello; y naturalizar la situación.
"Los centros de día deben contribuir a mejorar la calidad de vida de los residentes y su familiares”
Por último, la parte final de la jornada se ha destinado a ”Los centros de día, un recurso en alza”. En primer lugar, Pablo Solé, fundador y director de Stima Mayores, ha comenzado recordando cómo nació la compañía en 2017 y, un año más tarde, abrió su primer centro. Precisamente, hoy mismo ha inaugurado su cuarto centro de día en Madrid. Solé explica que los centros de estancias diurnas van a ser cada vez más demandados, ya que en los próximos 40 años los mayores de 80 van a crecer de forma exponencial. En la actualidad, hay 1,35 M de personas dependientes en nuestro país y 160.0000 pendientes de valoración, lo que conlleva que existan muchos cuidadores no profesionales y que tengan una gran sobrecarga.
Solé ha remarcado cómo las plazas de centro de día son hoy 1,08 por cada 100.000 habitantes, pero desde su punto de vista deberían ser 2 en 2040 y 3,5 en 2060. Por ello, de cara al futuro prevé una mayor necesidad de ayuda profesional y desde las administraciones
En la misma línea, Patricia del Barco, directora de operaciones y calidad de Stima Mayores, ha expuesto que entre las principales causas de la discapacidad en personas mayores se encuentran enfermedades neurodegenerativas como alzhéimer o párkinson, así como otros trastornos sobrevenidos, como el ictus. También ha destacado que el 3% de la población global es dependiente y, de ellos, un 34% son personas mayores. Pero ha querido subrayar al mismo tiempo que “atender a un familiar dependiente es una tarea para la que nadie está preparado” y que “ser dependiente no significa ser mayor”, pero tampoco ser mayor implica ser dependiente.
Para Del Barco, “los centros de día deben contribuir a mejorar la calidad de vida de los residentes y su familiares”, ofreciendo espacios luminosos, amplios, de convivencia y de rehabilitación multidisciplinar y con mucha actividad terapéutica. Stima basa la atención diurna en tres pilares, el usuario, el equipo profesional y la familia. Cualquier persona mayor puede acudir a un centro de este tipo, independientemente del tipo de deterioro que padezca (sea físico, cognitivo, emocional, funcional, de hábitos saludables, etc.). Considera que el modelo debería enfocarse hacia los centros privados, donde los usuarios reciban la Prestación Económica Vinculada al Servicio (PEVS) por parte de la administración. Por último, ha recalcado que "el centro de día es el gran desconocido”, algo que ha confirmado la pandemia y “no sustituye a las residencias”, sino que los dos recursos son complementarios.