Parece que esta eterna crisis ha depurado la oferta de mobiliario geriátrico en nuestro país, que en los últimos años había ido viendo nacer “nuevos” competidores procedentes de otras áreas, en ocasiones sin el conocimiento suficiente de este mercado, que tantas peculiaridades tiene, ni de las necesidades del paciente, usuario de los equipamientos.
Pero el problema sigue siendo la falta de exigencia y la práctica inexistencia de un marco legal , que ha permitido la entrada de cualquier operador, sin garantizar las mínimas prestaciones. Y es que el ámbito geriátrico requiere una serie de condicionantes que lo diferencian de otro tipo de muebles.
En este sentido, algunos operadores apuntan que parecen estar empezando a exigirse unos niveles de calidad en los concursos que licita la Administración. Así, han detectado que en las memorias de los últimos concursos se están empezando a especificar más detalles sobre las características que tienen que tener los equipamientos, exigiendo fichas técnicas de productos, etc.