Estamos en un sector de creación de valor, más que de reparto de dividendos
José María Cosculluela: Presidente y Director General del grupo VITALIA
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José María Cosculluela dirige, desde 1996, el grupo VITALIA, que cuenta ya
con siete residencias abiertas en Andalucía y Aragón. El plan de expansión
de VITALIA incluye otros nueve centros en las mismas comunidades y en
Cataluña, su última apuesta. Además, a medio plazo, el grupo no descarta
ampliar su ámbito de actuación, cerrando el eje Cádiz-Girona, con nuevos
proyectos en la zona centro.
SANImarket Geriátricos: ¿Cómo nace el grupo VITALIA?
José María Cosculluela: El equipo de VITALIA accedió al sector geriátrico a
principios de los noventa, a través de la empresa de consultoría TECA, que
prestó sus servicios a un importante grupo geriátrico. Aprendimos el oficio
siendo consultores y es una buena manera de conocer cómo funciona el
negocio. Años más tarde y después de otros intentos, en 1996 llegamos a un
acuerdo con el grupo DRAGADOS, que buscaba un socio tecnológico, y creamos
al 50% la sociedad VITALIA ASSDE, propietaria de una residencia en Espiel
(Córdoba). Con el cambio de titularidad de DRAGADOS, cuando se integró con
ACS en 2001, lo que era un sector de interés prioritario para el grupo
(había previsto invertir 150 M.€) dejó de serlo. De hecho, sólo mantuvimos
el único centro que compartíamos, y finalmente, quedó en manos de VITALIA,
en 2006, al comprarles su 50%. Pero nosotros decidimos seguir apostando por
el sector para desarrollar el resto de proyectos, que ya teníamos en curso.
S.G.: Desde el principio VITALIA apostó por crecer mediante alianzas: ¿qué
criterios han seguido para elegir a sus socios?
J.M.C.: La política de alianzas que tenemos diseñada consiste en asociarnos
con entidades de la zona a la que vamos, con fuerte presencia
institucional. En Andalucía estamos con CAJASUR y EL MONTE y en Cataluña
con dos empresas constructoras, que están muy posicionadas en todo el
territorio. No se trata tanto de buscar la aportación de recursos, que
estas alianzas nos proporcionan, como de ir con socios que refuercen
nuestro compromiso de permanencia en el territorio.
S.G.: Entonces ¿no tienen intención de buscar algún tipo de financiación
para sus planes de futuro? Por ejemplo ¿dar entrada al capital riesgo?
J.M.C.: No. Hemos tenido ofertas, pero no está en nuestro ánimo vender ni
modificar sensiblemente la posición accionarial. Queremos tener el control
mayoritario de todas las sociedades, porque es la única forma de garantizar
que se aplica una misma filosofía en todos los centros. No tenemos ninguna
intención de ceder participación, ni dar entrada a otros socios. Hemos
tenido ofrecimientos varios de grupos de inversión, que quieren entrar en
el negocio, pero no entre los operadores del sector, porque supongo que
todo el mundo tiene claro que no vendemos.
S.G.: ¿Cuáles son sus planes a medio plazo? ¿Qué objetivos se ha marcado
VITALIA para los próximos años?
J.M.C.: A corto plazo, el proyecto de VITALIA pasa por consolidar 3.000
plazas en Andalucía, 1.000 en Aragón y 1.000 en Cataluña. Con ello
estaríamos en 5.000 estancias (camas y plazas de día), que sería nuestro
primer reto, y lo alcanzaremos cuando tengamos en marcha los nueve centros
que estamos construyendo. Incluso tenemos algún proyecto más, pero mientras
no estén firmados no podemos decir que existen como tales. Ya, a más largo
plazo, intentaremos cerrar el Corredor Cádiz-Girona y tarde o temprano
entraremos en la zona centro. De hecho, tenemos una propuesta de una
empresa muy fuerte para entrar en esta zona (Castilla-La Mancha y Madrid),
pero, de momento, tenemos aparcado este proyecto, porque no podemos
comprometernos más. A largo plazo, no tenemos pretensiones de ser los más
grandes. Queremos crecer garantizando una filosofía de empresa y seguir
siendo líderes en calidad de servicio. No vamos a cambiar la filosofía de
empresa por crecer más rápido.
S.G.: ¿Quiénes son los principales clientes de los servicios de VITALIA?
J.M.C.: Como política de empresa, estamos posicionados en un sector
medio-bajo de población. La práctica totalidad de nuestras residencias
tienen plazas concertadas, quiere decirse que nuestros centros están en un
segmento de precio sobre los 1.200 € mensuales por cama de media, que es lo
que pagan las Comunidades Autónomas por una plaza concertada, para una
persona en situación de dependencia. Con la aplicación de la Ley de la
Dependencia va a haber que llevar a cabo una revisión de precios porque,
hasta ahora, las personas que nos llegaban tenían diferentes tipos de
dependencia. Pero ahora, al menos de momento, sólo van a concertarse plazas
para grandes dependientes y por tanto, será inevitable que se incrementen
los precios. El tipo de centro que hacemos no difiere mucho del de nuestros
competidores. Nosotros siempre decimos que hacemos lo más parecido a un
hotel de 5E para personas dependientes.
S.G.: ¿Y cómo salen las cuentas?
J.M.C.: Pese a apostar por centros que parezcan hoteles en su diseño,
también tratamos de ajustar los planes de inversión, por eso apostamos por
construir las residencias sobre suelos cedidos por las administraciones
públicas, normalmente ayuntamientos, con un plazo medio de explotación de
75 años. La concesión de suelo nos permite ser muy competitivos, porque la
incidencia de la inversión en el precio final de la plaza es mucho menor.
La repercusión del suelo en el coste medio de una cama puede llegar a los
90.000 €, dependiendo de la localidad. Si a eso le añades los entre 36.000
y 48.000 €, que cuesta la construcción y equipamiento de cada plaza, la
inversión por cama se podría ir hasta los 150.000 €. No es lo mismo
amortizar una inversión de 36.000 o 48.000 €, que una de 150.000 €.
Proyectos en curso del grupo VITALIA
S.G.: ¿Qué diferencia el modelo de gestión de VITALIA de otros grupos?
J.M.C.: Aparte de la calidad de servicio, que pretendemos sea óptimo
(servicio de enfermería 24 horas, todas nuestras residencias tienen médico
propio, etc.), en todos nuestros centros, y en eso sí nos diferenciamos de
los demás, tenemos psiquiatra, porque entendemos que, cada vez más, las
personas dependientes lo son por razones de demencia. Si hemos de dar un
buen servicio, tenemos que garantizar esta atención. En todas las
residencias tenemos cocina propia. Nunca ha entrado en ninguno de nuestros
centros un servicio de catering, porque entendemos que a nuestros abuelos,
aparte de de atenderles en todas sus necesidades sociosanitarias y
cuidarles con mimo y cariño, una de las cosas más relevantes para mejorar
la calidad de vida es la comida. Damos mucha importancia a la fisioterapia
y a la terapia ocupacional, porque es la única forma de que las residencias
no acaben siendo aparcamientos de abuelos. En general, tratamos de
investigar y desarrollar todo tipo de terapias nuevas para potenciar la
autoestima y las ganas de vivir. Apostamos por prácticas innovadoras, como
la musicoterapia (tenemos comprobado que, especialmente en personas
demenciadas, tiene un impacto muy relevante); terapias con animales (en
casi todos los centros tenemos perro), y en algunas residencias contamos
con huerto. También incentivamos las relaciones personales y tratamos de
potenciar la creación de parejas. De hecho hemos celebrado varias bodas, lo
cual es un orgullo para nosotros, porque creemos que para una persona, a
cualquier edad, estar enamorada supone un plus importantísimo de ganas de
vivir.
Centros en funcionamiento del grupo VITALIA
S.G.: ¿Están encontrando dificultades para encontrar trabajadores? ¿Se han
planteado formar personal en el extranjero?
J.M.C.: Depende de las zonas. En Andalucía, hasta ahora, no hemos tenido
problemas de personal, sin embargo en Aragón, que es una zona que está
prácticamente en pleno empleo, sí tenemos algunas dificultades, aunque las
vamos resolviendo bastante bien. El problema básico viene porque, aparte de
seleccionar personal con un currículum y una acreditación profesional,
necesitamos elegir personas con vocación y eso es lo que nos limita. Por
otra parte, no podemos acudir al colectivo de inmigrantes de habla no
hispana, porque una de las condiciones que consideramos esenciales es que
nuestros profesionales puedan conectar con los abuelos, hablar con ellos,
cuidarlos y mimarlos y, si no se conoce bien el idioma, la comunicación se
rompe. Actualmente, tenemos algunos trabajadores portugueses, magrebíes,
sudamericanos, pero estamos muy limitados, según qué puestos desempeñen. En
algún momento nos hemos planteado formar y traer trabajadores de Bulgaria,
porque nuestra empresa consultora colabora con el Gobierno del país, pero
el problema es que no se trata sólo de dar la formación específica para el
puesto, tendrían que aprender el idioma y el proceso es muy lento y
laborioso.
Estructura del GRUPO VITALIA
S.G.: ¿Cómo evolucionará el sector geriátrico en los próximos años?
J.M.C.: En este momento, el sector está absolutamente revolucionado y hay
una grandísima competencia en residencias de lujo. La edad media de
nuestros clientes está en 83,9 años y va subiendo. Tenemos alguno de hasta
107 años. Entiendo que las personas que irán accediendo a las residencias,
cada vez serán más longevas y estarán más enfermas. Creo que los mayores,
si se pueden valer por sí mismos, donde mejor están es en su casa y si los
servicios de teleasistencia y ayuda a domicilio se siguen desarrollando,
con apoyo de centros de día y demás servicios, se prolongará la estancia de
los mayores en casa y las residencias serán ocupadas cada vez más por los
grandes dependientes. Tendrán que ser hospitales de media intensidad y
especializarse en enfermedades mentales, asumiendo una gran carga de
cuidados. Por tanto, cada vez tendrán menos sentido las residencias de tipo
hotelero y se reconvertirán en hospitales de media intensidad, con más
profesionales médicos y psiquiátricos.
S.G.: Y desde el punto de vista empresarial: ¿seguirá el proceso de
concentración?
J.M.C.: Yo creo que seguirán las fusiones, compra-ventas y adquisiciones y
al final el sector contará con un máximo de 10 grandes grupos, con un
horizonte de desarrollo de 5.000 a 10.000 camas, y luego empresas de tipo
medio y pequeñas y familiares. El negocio geriátrico terminará
conformándose en torno a las compañías de seguros, el sector financiero y
los operadores independientes, como nosotros, por una razón muy simple.
Éste es un sector en el que la rentabilidad es baja, los márgenes son
ajustados y solamente las empresas que tengan vocación de rentabilidad a
largo plazo mantendrán su apuesta. Se trata de una actividad con riesgo
controlado, pero de margen estrecho, por lo que sólo las empresas que
tengamos vocación de largo plazo acabaremos perdurando. Estamos en un
sector de creación de valor, más que de reparto de dividendos.
S.G.: ¿Y cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan?
J.M.C.: El principal problema del sector es que en los marchamos de
acreditación se exige mucho, sobre todo unas dotaciones de personal muy
altas, y los precios por plaza no están ajustados. Los precios de la
Administración se actualizan en función del IPC, mientras los gastos, sobre
todo los salariales, que representan el 80% de nuestros costes, crecen a un
ritmo muy superior. En el caso de VITALIA, en 2006 los costes salariales
crecieron del orden del 12,5%, mientras que en las plazas, los precios sólo
han aumentado un 2,7%, lo que ha subido el IPC. Partimos de unos salarios
muy bajos y necesariamente tendrán que crecer por encima del IPC para que
nuestros trabajadores no emigren al sector sanitario.
S.G.: ¿Tendrá solución el conflicto de competencias con Sanidad?
J.M.C.: Creo que tarde o temprano las residencias tendrán que tener un
tratamiento similar al de los hospitales, porque en el medio rural acaban
creando un problema serio a la sanidad. Cada pueblo tiene una dotación
médica y un presupuesto y, si se abre una residencia, por ejemplo de 100
plazas, todo se desbarajusta. En cuanto a la atención, no hay problema,
porque tenemos nuestros médicos, pero sí que se crea un problema grave en
temas de farmacia. Supongo que, antes o después, cada centro tendrá que
tener un presupuesto de farmacia pactado con la administración y será el
centro geriátrico quien administre su presupuesto.
S.G.: ¿Cómo influirá la aplicación de la Ley de Dependencia?
J.M.C.: Por lo que a nosotros respecta, como grupo, la Ley de Dependencia
no tiene demasiada repercusión, porque en casi todas las residencias ya
tenemos plazas concertadas. Para nosotros es un plan de continuidad. Nos
incrementarán la concertación de plazas, pero seguiremos trabajando igual.
Hasta ahora, para poder concertar plazas había que cubrir un plan de
acreditación, que es un marchamo de calidad, que exige mejorar las
instalaciones y sobre todo una mayor dotación de personal (hasta una ratio
de 0,5 trabajadores por cama). A partir de ahora las plazas se van a
multiplicar de forma exponencial, pero me imagino que habrá algunos
operadores que no podrán acreditar sus residencias, porque no cumplen las
condiciones de edificación e instalaciones mínimas. Y aunque se revisen los
precios, habrá centros que no concierten porque sigan sin salirles los
números.
VITALIA PLUS está controlada por la sociedad holding VITALCINCA, cabecera
de un grupo de empresas de los sectores geriátrico (agrupado en torno a
VITALIA), hormigón y prefabricados (PREFACINCA, HORPISA y varias filiales)
y consultoría y formación (TECA CONSULTORES y FUNDACIÓN VITALIA). Con sede
en Zaragoza, VITALCINCA está participada al 33% por los empresarios José
María Cosculluela Salinas, Julián Giménez Reguera y Ramón Bestúe Salinas.
En total, el grupo VITALIA cuenta con 996 camas y 160 plazas de día
instaladas y otras 1.683 plazas residenciales y 370 estancias diurnas en
proyecto. Con una inversión acumulada de 42 M.€, el grupo VITALIA ingresó
10,03 M.€ en 2006, con una plantilla de 317 trabajadores y 3 M.€ de fondos
propios.
Eva de Frutos
eva.defrutos@alimarket.es
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Jose Maria Cosculluela: presidente del grupo Vitalia Plus
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Noticias de Sanidad
Geriátricos
- 01/06/2007