El nuevo hospital de Quirónsalud en Córdoba compacta su programa y lo ordena en dos grandes volúmenes maclados. Por un lado, el bloque técnico y la hospitalización, de mayor tamaño, tanto en planta como en altura, y, por el otro, el programa ambulatorio, más contenido a nivel de escala.
Estos dos cubos se disponen según dos alineaciones distintas. El principal sigue la trama actual de la ciudad, mientras el ambulatorio se gira según la huella histórica para salvar los restos arqueológicos de la época islámica.
La sencillez volumétrica se reviste con una compleja doble piel. Una celosía de piezas triangulares perforadas tamiza en primer término la luz del sol. Por detrás, la segunda envolvente cierra el edificio. La combinación de ambas capas consigue una fachada energéticamente muy eficiente con una imagen dinámica y vibrante.
Los accesos se producen en el punto de unión entre los dos cuerpos, por un lado, la entrada principal, y, por el otro, la de urgencias. La celosía exterior se despliega amparando ambos accesos con una pérgola-marquesina.
La distribución interior de ambos módulos se estructura en torno a sendos patios claustrales. El proyecto resuelve el complejo plan funcional de un hospital de más de 100 o 115 camas con claridad y nitidez.
Quirónsalud encarga a finales de 2014 el diseño del ‘Nuevo Hospital Quirónsalud Córdoba’, dando respuesta a un programa de espacios y requerimientos técnicos y funcionales expresos, que ponen de manifiesto la evolución del sector en términos de demanda de servicios, conforme a características demográficas, patrones socioeconómicos y fórmulas de gestión que operan y contribuyen a la reflexión de nuevos estándares sanitarios, enmarcados en el emplazamiento donde se va a desarrollar la infraestructura.
La propuesta busca dotar de calidad espacial las distintas áreas que completan el complejo programa funcional, tomando como premisas base la búsqueda de luz natural,un diseño de los espacios amable, tanto para el propio paciente como para el resto de usuarios y un comportamiento energético óptimo en consonancia con su emplazamiento. Todo ello,teniendo presente la escala humana sobre una arquitectura contemporánea y atractiva, además de una implantación sensible a la existencia en el solar de restos arqueológicos.
Los espacios libres de la parcela se han ordenado conjuntamente con la edificación, prestando especial atención a zonas ajardinadas y/o de sombra, fundamentalmente peatonales, en continuidad visual y funcional con el sistema de urbanización en patios interiores, además de tratar los accesos a la nueva conformación, favoreciendo la accesibilidad a los distintos sectores.
El diseño del edificio parte de dos premisas incuestionables, con independencia de la resolución del programa inherente a un edificio de estas características. La primera premisa es la preexistencia de previsibles restos arqueológicos en la parcela, tanto de un sector edificado de la época islámica en su parte suroccidental -sector que conviene evitar, por lo que sobre elmismo y previo sellado, se programa el aparcamiento en superficie-, como de una necrópolis de una época semejante. Sobre esta necrópolis, una vez exhumados y documentados los restos subyacentes, se puede actuar, por lo que esta es la zona elegida para desarrollar el grueso de la intervención. La segunda premisa parte de la existencia de un proyecto previo, a raíz del cual se realizó un estudio arqueológico reglamentario, y cuya huella no es conveniente traspasar para evitar ralentizar el inicio de las obras.
El hospital se ordena mediante dos grandes volúmenes que responden a los dos grandes paquetes programáticos que albergan un conjunto de estas características: el bloque técnico y la hospitalización, de mayor tamaño, tanto en planta como en altura, y el programa ambulatorio, más contenido a nivel de escala. Estos dos volúmenes se disponen según dos alineaciones distintas; el primero mantiene las alineaciones de la huella primitiva, emparejándose con el lindero Este de la finca y; el segundo se gira sobre el primero, marcando la alineación que ofrece el deslinde más allá del cual se disponen los previsibles restos arqueológicos del núcleo islámico.
El giro de los dos volúmenes descrito genera las dos entradas principales del edificio, por la parte delantera y orientada a sur, la entrada principal y por la parte trasera y orientada a norte, la entrada a urgencias. A nivel de urbanización, el edificio mantiene un acceso de público, que ofrece posibilidad de entrada tanto al Centro Sanitario como al aparcamiento exterior y al subterráneo,los suministros y mercancías individualizan sus accesos de los generales con una entrada directa desde la Avenida del Aeropuerto. Individualizado también se resuelve el acceso de urgencias, con circuito diferenciado propio.
Las dos piezas definidas se desarrollan interiormente de manera muy semejante. En ambos casos, un patio central perfora el volumen principal para que alrededor del mismo y, a la manera de un claustro, se vayan disponiendo las principales funciones. Consultas en un nivel, en el caso de la pieza ambulatoria sobre una planta baja, que resuelve el acceso, admisión, dirección, docencia y administración; y habitaciones de hospitalización en el volumen principal, resueltas en dos plantas. Los primeros niveles (zócalo) desarrollan las funciones propias del bloque técnico (urgencias, diagnóstico, quirófanos,…).
Ambas piezas incorporan espacios sirvientes (recepciones, aseos, almacenes,…), así como núcleos verticales de comunicación (escaleras, ascensores,…) propios, de manera que casi podrían funcionar de manera independiente.
En el sótano 1 se disponen todas las funciones ligadas a servicios generales y soporte asistencial (cocina, almacenes,…) bajo el contorno del volumen principal y el aparcamiento subterráneo bajo el volumen ambulatorio.
Las circulaciones interiores se plantean totalmente separadas de manera que siempre hay un lado de circulación pública y un lado de circulación interna, que nunca se mezclan y que van conectando a modo de peine todas las funciones propias de un Hospital.
Formalmente, el conjunto se desarrolla con una doble piel que permite aprovechar al máximo las condiciones climáticas de la zona, la piel que nos separa del interior o primera piel se resuelve a base de piezas tipo panel sándwich y carpinterías de vidrio a modo de cerramiento térmico. Estas piezas quedan fijadas a los cantos de forjado y a los montantes verticales dispuestos a tal efecto. El acabado exterior o segunda piel es una celosía metálica, diseñada en base a la abstracción de un motivo islámico, que en función de su orientación y asoleamiento, se utiliza para filtrar más o menos la luz solar.
El Hospital, finalizado en junio de 2018, no solo resuelve su programa de la mejor manera posible, sino que busca extraer del entorno las particularidades que ayuden, por un lado a singularizar la propuesta y por otro, a enraizarla en el lugar al que da servicio.