Alimarket Sanidad y Dependencia: ¿Cómo valora el grado de incorporación de la tecnología al ámbito hospitalario en España?
L.M.M.: Lo primero que hay que hacer es definir el concepto tecnología sanitaria. Por ello solemos entender la alta tecnología, lo que tiene que ver con Imagen o Terapia, pero tecnología también son los fármacos. España como país está en un alto nivel de incorporación de tecnología sanitaria, entendiendo por ello todo el conjunto, todo lo que influye de alguna manera en la mejor atención de los pacientes. Es equiparable a la de cualquier país del mundo. No obstante, es verdad que en los últimos años, todo lo que está relacionado con la tecnología electromédica o biomédica ha tenido un pequeño parón en cuanto a su implantación. Estamos en una situación de obsolescencia incipiente. Lo que hace falta es llevar a cabo planes de reinversión en el sistema. Es verdad, de todas formas, que la situación no es igual en todas las comunidades autónomas, porque cada una tiene sus propios presupuestos.
A.S.D.: ¿Qué comunidades autónomas son referentes en este sentido?
L.M.M.: Hay planes concretos y algunas de ellas destacan. Pero la crisis ha afectado a los servicios públicos en general, no en cuanto a su calidad final y a la seguridad, pero sí a esos planes de renovación tecnológica, que tuvieron que aparcarse. Digamos que hemos tenido que prolongar más la vida de los equipos que ya teníamos. Hay comunidades como Galicia, por ejemplo, que ha conseguido captar bastante financiación de la Comunidad Europea para innovación tecnológica a través del programa Horizonte 2020, y ha hecho proyectos bastantes interesantes. Eso se puede destacar. También ha habido acciones nuevas en otros sitios, como el montaje de nuevos hospitales como el nuevo que se ha construido en Granada o los que se crearon en su momento aquí en Madrid, y que trajeron tecnología nueva. Ahora también está en ciernes, en todas las comunidades autónomas, la acción de mecenazgo de la Fundación Amancio Ortega, que ha invertido una cantidad muy importante de dinero en equipamiento para radioterapia.
Como técnico, lo que echaría en falta es una mayor armonización a nivel estatal, a través del Ministerio, que debe hacer una función en el Consejo Interterritorial; y seguramente unos planes de amortización de tecnología a más a largo plazo. Evidentemente, la cuestión política impide que eso sea así; no pueden ser planes a cuatro años, deben ser más largos, pero esto es más difícil.
A.S.D.: ¿Cuáles son los principales avances que se han conseguido?
L.M.M.: Básicamente, los mayores avances van por otro ámbito, referente también a tecnología pero no tanto al equipamiento. Me refiero a la medicina personalizada, al tratamiento inmunoterapéutico del cáncer, que es sin duda el gran acicate. La capacidad de gestionar el genoma completo de forma rápida y barata es otro tema espectacular. Aún no estamos viendo los resultados, pero va a suponer un gran cambio en la medicina. En cuanto a temas más relacionados con el equipamiento, creo que ha habido una gran mejora en todos los sistema de imagen, que hacen que cada vez sean menos cruentos (las radiaciones ionizantes se han reducido al mínimo por diversas funcionalidades). Y luego, por ejemplo, hay hibridaciones de equipamientos muy interesantes como la tomografía por emisión de positrones con resonancias en un Tac, incluso los aceleradores lineales —ahora vamos a montar uno en Madrid— hibridados con resonancias. Esos híbridos hacen un diagnóstico y en algunos casos terapia, cuando hablamos de equipamiento de radioterapia o medicina nuclear, que eran impensables hace poco tiempo.
También está en ciernes, y se está trabajando en ello, todo lo que tiene ver con la impresión 3D, que es un tema que viene del campo de la industria y que evidentemente en la medicina tiene infinidad de aplicaciones, desde las prótesis conformadas para el paciente hasta la impresión biológica para conseguir incluso tejidos. El futuro será incluso imprimir órganos. Todo el tema de trasplantes dará una vuelta, porque aquí hay que unir no sólo la parte más biológica, sino también toda la parte biónica que tiene que ver con otro tipo de tecnología (Inteligencia Artificial o Biónica). Ya hemos visto cómo hay exoesqueletos que facilitan la movilidad a pacientes en los que era imposible. Todo eso se va a mejorar. La estimulación neuronal puede recuperar carencias motoras que antes no se podían tratar. El ámbito es muy grande.
A.S.D.: ¿En qué áreas hospitalarias se están notando más las innovaciones?
L.M.M.: Lo más llamativo siempre es la alta tecnología. Generalmente, los servicios de imagen son los que más protagonizan estos avances. Porque luego la batería más farmacológica, que también está ahí, que también ayuda mucho, queda más difuminada, al afectar a muchos servicios: Oncología, Traumatología, etc.
A.S.D.: ¿Hacia dónde camina la Sanidad del futuro?
L.M.M.: Camina, y ya hemos empezado, hacia una atención cada vez más incruenta en nuestros procedimientos, sobre todo quirúrgicos. El hospital tal y como lo concebimos ya no será como ahora. Será otra cosa. Seguramente no habrá internamientos o serán mínimos. Iremos hacia procedimientos agudos que se resolverán muy rápido, y la telemedicina estará a la orden del día.
El empoderamiento del paciente ya lo estamos viendo, con todo tipo de aplicaciones en el móvil. Ahora uno puede conocer su estado de salud y si eso se reposiciona aprovechando todo el tema de la gestión de datos, en sistemas expertos que puedan analizarlos en tiempo real, compararlos y hacer diagnósticos, seguramente un móvil, un reloj o una app podrán determinar, por ejemplo, si una persona tiene un paro cardiaco y actuar así en consonancia.
El Internet de las cosas nos va a afectar a todos y a la sanidad también. Los cambios van a ser exponenciales. Ocurre como con la tecnología de la información: todos los datos que había de los 1.000 años anteriores ahora los producimos más o menos en un mes. En la medicina pasa algo parecido. Va a ser un cambio espectacular, porque los campos que hemos abierto son muy grandes. La medicina personalizada quiere decir que uno mismo va a ser el fármaco, la molécula, el anticuerpo que exactamente necesita en cada momento, en función de una dolencia, etc. Eso es una maravilla porque va a poder controlar, genómicamente, prácticamente todo. También la enfermedad. Y, evidentemente, en cuanto a la tecnología el campo es muy grande también.
A.S.D.: ¿Qué retos tiene la sanidad con respecto al aprovechamiento de las nuevas tecnologías?
L.M.M.: La sanidad debe hacer una incorporación racional de la tecnología. No todo es necesario. La fascinación tecnológica, y más en el ámbito médico, es muy habitual. Compramos a lo mejor un equipo de resonancia que tenga de todo, pero luego, en realidad, en ocasiones no se utiliza todo tanto. Lo que hay hacer es una buena elaboración de tecnología sanitaria. Las agencias de evaluación deberían potenciarse para que la incorporación de la tecnología tenga un coste eficiente. Nos falta mucho camino por recorrer. De hecho, en España hay un montón de agencias de evaluación de tecnología sanitaria (casi cada comunidad autónoma tiene la suya). Tenemos como ocho y un país como Alemania, que parece como más avanzado, tiene una o dos. Eso nos da una idea de cómo estamos haciendo las cosas. No creo que seamos nostálgicos de la centralización del Sistema Sanitario, pero creo que para ciertas decisiones, para políticas de Estado, es importante volver a centralizar o al menos tener una idea común.