Finalmente, los accionistas de la valenciana Ribera Salud han optado por preseleccionar la oferta presentada por el grupo hospitalario Capio, controlado mayoritariamente por la inversora británica CVC, para negociar la venta del 100% de su capital. En el camino habrían quedado así las otras dos alternativas propuestas por Atitlán y Asisa, de un lado, y por la firma de capital riesgo Mercapital, que acudía a la oferta de la mano de la inversora que dirige el empresario catalán Gabriel Masfurroll (ex-presidente de USP Hospitales). Para este último consorcio, la operación suponía una nueva apuesta por el sector sanitario, al que está estrechamente vinculado.
Por contra, la compra de Ribera Salud habría supuesto un golpe de efecto para que Atitlán materializara su ansiada entrada en el negocio sanitario . Su origen valenciano (recordemos que se trata de una inversora vinculada familiarmente a los propietarios de Mercadona) le habría otorgado una posición privilegiada durante los primeros momentos del proceso y su oferta contaría en esas fechas con el beneplácito, tanto de los accionistas, como de la propia Generalitat Valenciana, ambos interesados en mantener el capital en manos valencianas. Sin embargo, esa ventaja se habría diluido cuando Atitlán anunció su alianza con la aseguradora Asisa , domiciliada en Madrid y, a la postre, socia de Ribera Salud en tres de sus concesiones.
Una vez preseleccionada la oferta de Capio, la operación tendrá que pasar por varios trámites antes de llegar a cerrarse. El primero y más relevante será un duro proceso de due diligence, en el que se actualizaría de nuevo, probablemente a la baja, la oferta presentada por Capio por el 100% de la valenciana. Así, la fuerte dependencia y exposición de Ribera Salud a impagos por parte de las Administraciones Públicas (su único cliente) y la fuerte inversión que resta aún por desembolsar tras la reciente apertura del Hospital de Torrejón podría rebajar el montante que Capio estaría dispuesto a desembolsar por Ribera Salud y que, según algunos medios, se situaría en la actualidad en 110 M€.
Con esta adquisición, Capio entraría de lleno en el negocio sanitario de la Comunidad Valenciana , haciéndose cargo de aproximadamente 1.260 camas públicas en la región (excluyendo 137 de larga estancia) , repartidas en cinco centros hospitalarios, junto con sus departamentos de salud correspondientes. Además, el grupo hospitalario reforzaría su presencia en Madrid, una de las zonas en las que concentra su negocio en la actualidad, junto con Castilla-La Mancha, Cataluña y Extremadura.
Por otra parte, la operación le daría una posición de absoluto liderazgo en el modelo de colaboración público-privada, iniciado en su día por Ribera Salud y sus socios con la puesta en marcha del Hospital de La Ribera (Alzira). Así, Capio participaría en todos los hospitales públicos de gestión privada levantados hasta la fecha bajo este modelo en la Comunidad Valenciana y Madrid . De hecho, en esta última Comunidad Autónoma, el mencionado centro de Torrejón de Ardoz, inaugurado hace unos meses por Ribera Salud y Asisa, era hasta ahora el único proyecto de estas características con el que no se había quedado Capio, adjudicataria de los centros de Valdemoro, Móstoles y Collado Villalba (estos dos últimos en construcción).
La gestión hospitalaria es un segmento en el que Ribera Salud había ido ganando peso poco a poco, pasando de ser una compañía inversora que buscaba la alianza con especialistas para gestionar sus centros a convertirse con el paso de los años en un operador sanitario más . Para dar forma a este cambio de modelo de negocio, Ribera Salud optó por ganar peso en las concesiones. Para ello, en los últimos consorcios constituidos (Elche y Torrejón), la compañía valenciana buscó contar ya con una posición mayoritaria en el accionariado. Paralelamente, el grupo fue quedándose también con las participaciones de algunos de sus socios interesados en abandonar consorcios como el de Torrevieja, donde Ribera Salud cuenta ahora con el 65% del capital, tras quedarse con los titulos que antes habían estado en manos de Acciona, Clínica Benidorm y Grupo Cívica .
Pero además del evidente peso hospitalario, Ribera Salud cuenta también con una presencia relevante en diversos negocios vinculados con la sanidad, siempre en colaboración con las Administraciones Públicas. Este sería el caso de Erescanner Salud, adjudicataria en Valencia del servicio de resonancias magnéticas, o de BR Salud, gestora mediante concesión del laboratorio clínico central de San Sebastián de los Reyes (Madrid) . Más reciente sería la constitución de la plataforma de compras B2B Salud, constituida a partes iguales entre Ribera Salud y sus accionistas, para participar en posibles concesiones de servicios centralizados de logística y compras. En total, Ribera Salud registró ingresos de 190 M€ en 2010.
Este negocio se sumaría a los 551,09 M€ que Capio Sanidad consolidó en ese mismo año (512,79 M en 2009), con un beneficio neto de 17 M€ y un resultado de explotación de 67,76 M. Incorporando los dos hospitales adheridos recientemente en Cataluña ('Sagrat Cor' y 'Clínica del Vallès'), Capio Sanidad explota en la actualidad una red de 15 hospitales (1.837 camas), incuyendo el hospital público de gestión privada de Valdemoro (Madrid) y la Fundación Jiménez Díaz (concertada) y tres residencias geriátricas en Castilla-La Mancha. Desarrolla dos proyectos hospitalarios en Móstoles y Collado Villalba, ambos adjudicaciones de la Comunidad de Madrid, mientras busca terrenos en Córdoba o Sevilla para levantar un nuevo hospital que le conceda la entrada directa en la comunidad andaluza .
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