Una segunda vida para los posos de café
La tecnología ofrece también oportunidades en otra de las grandes preocupaciones de la industria: la gestión de residuos, un aspecto en el que la economía circular adquiere protagonismo. De hecho, la Organización Internacional del Café ha puesto en marcha el Centro para la Economía Circular del Café, basado en el impulsado previamente por la Fundación Lavazza y que ahora se abre a nuevos operadores industriales y a toda la cadena de valor del café para promover proyectos de I+D en este campo. En España, pionera en este ámbito ha sido Supracafé, que lleva años investigando en su finca de Colombia, entre otros, nuevos usos para los restos de los granos de café. Para este 2023-2024 ha presupuestado un total de 900.000 € para ahondar en iniciativas de mejora de procesos y sostenibilidad integral, digitalización y aprovechamiento de subproductos, siguiendo la línea iniciada en 2017, con el lanzamiento de sus primeras infusiones derivadas de las cáscaras de los granos de café, a la venta con ‘Tabifruit’. Ahora, la madrileña está trabajando en alianza con la Universidad Politécnica para seguir dando nuevos usos a la cáscara de café en el conocido como programa Cien, a través del cual está analizando las ventajas del uso de la cáscara y sus propiedades funcionales (con altas dosis de fibra y antioxidantes) para el desarrollo de nutracéuticos y complementos alimentarios. Además, participa en un proyecto europeo, en alianza con otras 17 empresas de Europa y Colombia, para la implantación de acciones de economía circular en la producción de café en finca. Por último, de la mano de Mustican Technologies, Supracafé ha diseñado una línea de producción de café en finca de alta tecnología, con el traslado de las tecnologías de otros sectores al café.
En el otro extremo de la cadena, para valorizar los posos de café, trabajan desde Kaffe Bueno hasta Syra Coffee o Incapto, esta última con un proyecto en marcha para usar los posos de café en el cultivo de setas, mientras que Syra Coffee, a través de su proyecto Syra Lab, los ha utilizado como fertilizantes naturales o para la fabricación de baldosas. Como parte de piensos para alimentación animal, concretamente para vacas y ovejas, han conseguido reutilizar estos posos en el Instituto Tecnológico vasco Azti, como parte del programa Ecoffeed. A través de un proceso de “flash dryer” han conseguido descomponer esos posos extrayendo fibras, grasas y otras biomoléculas de gran aporte nutricional para esos animales. Por el momento, está previsto su escalado industrial a nivel del País Vasco de la mano de un grupo inversor, antes de replicarlo en otras regiones de España o en Europa. Más ambicioso es el proyecto de la danesa Kaffe Bueno, que ha logrado descomponer los restos del café rescatando antioxidantes, aceites grasos esenciales, azúcares saludables o fibra que se transforman en distintos componentes activos y funcionales para la industria cosmética, de la alimentación humana y animal y para agricultura. Para lograr este proceso ya tiene en marcha una biorrefinería en Dinamarca con capacidad para el procesado de 1.500 t de posos al año, y está previsto replicar la fábrica en otros mercados de Europa, América o Asia, creando una red mundial de biorrefinerías. Por el momento, el proyecto ha supuesto un desembolso de 10 M€, tras haber cerrado una ronda de financiación para su escalado de 6 M. Los mismos principios tiene el proyecto de la española Coflying, que arrancó en 2021 con el objetivo de volver a introducir los compuestos válidos de los restos del café en el mercado en forma de ingrediente rico en cafeína para, entre otros, la elaboración de barritas energéticas.