La brecha cada vez es más acentuada en detrimento del producto autóctono. Muchos operadores han incrementado sus ventas en el exterior, donde la patata española es reconocida por su calidad y seguridad alimentaria; mientras que Francia y Reino Unido han ganado presencia como principales proveedores del mercado nacional. Los productores culpan a la gran distribución a la vez que solicitan la creación de una interprofesional que defienda los precios y concentre los esfuerzos que debe realizar el sector. Por ello, y ante la ausencia de una entidad de esta naturaleza, durante la última campaña invirtieron para aumentar su capacidad de almacenaje, sobre todo para guardar el producto cuando el precio es demasiado bajo y así obtener un mayor poder de negociación.