Qué comemos y cómo lo hacemos parece más importante que nunca a raíz de la crisis sanitaria del Covid. Igualmente, durante los últimos meses venimos asistiendo a nuevas iniciativas regulatorias impulsadas desde el gobierno “con el objetivo de combatir unos indicadores de obesidad y malnutrición que, especialmente entre la población infantil, son desoladores”, según han afirmado fuentes oficiales.El driver salud, por tanto, se ha visto reforzado como un vector clave en la estrategia de la industria alimentaria, determinante en ámbitos que van desde el fiscal al económico, pasando por el reputacional o las áreas de marketing e innovación, e impactando finalmente en el área comercial.1