La comercialización de jamón curado blanco acumula dos años de descenso, tanto en el mercado nacional como en exportación. La nueva disminución se debió a la caída de la restauración, al ligero incremento tarifario que han podido repercutir los fabricantes -ante el alto precio de la materia prima -y, sobre todo, a la competencia del producto ibérico. En España, esta pugna se ha librado fundamentalmente en el canal de alimentación, donde las compras de jamón/paleta blanco se redujeron -según Nielsen- un 9% en 2020, aunque el balance en valor fue mejor, por el aumento de los formatos de libre servicio. Incarlopsa y Jamones Duríber se reafirman como los principales receptores del hueco de mercado dejado por Comapa, compañía que fue testimonial en las cadenas. También Jamones Volatín y Bell España lograron un importante aumento de volumen, por su enfoque a la conveniencia y las exportaciones, respectivamente. La primera ha invertido ya 51 M en su fábrica de Fuensalida y prevé un nuevo desembolso de 6 M. Por su parte, CLC -filial de Duríber- y Noel Alimentaria se han consolidado en Mercadona.