El sector de patatas fritas y snacks rompió durante la pandemia su dinámica de crecimientos moderados en retail y su consumo en el hogar experimentó una subida de cerca del 30%. En 2021 y 2022 está consiguiendo retener una buena parte de ese avance, que acompaña con la recuperación de impulso y horeca. Según el ranking de Alimarket, los principales fabricantes cerrarán el presente ejercicio con unas ventas de alrededor de 1.125 M€ y unas 260.000 t, lo que supondría evoluciones positivas del 12,8% y 4,1%, respectivamente. Además, de cara a los próximos meses, este mercado se maneja bien en tiempos de crisis económica, por su bajo precio y el factor evasión que supone su consumo. Sin embargo, no todo es positivo. A la huelga de transportes, la guerra de Ucrania, la subida de la energía, del aceite de girasol -clave en este sector-, de las materias primas y costes de producción en general, se suma ahora la escasez y precio de la patata, en una espiral de desdichas que recuerda a la de las diez plagas de Egipto.