La oferta plant-based continúa presentando números positivos en nuestro país, eso sí, a diferentes ritmos y también con tendencias diferentes. En este contexto de crecimiento, la mejor noticia es que la industria sigue impulsando la configuración de la categoría, principalmente en las familias de alternativas a refrigerados lácteos y sustitutivos de productos cárnicos, con novedades trascendentes también en bebidas vegetales y nuevas categorías emergentes. Esta vitalidad se enfrenta, sin embargo, al muro difícilmente franqueable que el actual contexto inflacionista impone a este tipo de productos, que se mueven en precios medios superiores a sus homólogos animales o a otras opciones disponibles en los lineales.