La pérdida desconocida representa el 0,74% del total de la facturación del comercio minorista en España, lo que supone un impacto económico aproximado de más de 1.850 M€ anuales. El hurto es una de las principales causas de esta pérdida desconocida y el número de delitos no ha dejado crecer en los últimos años, como consecuencia del encarecimiento de la cesta de la compra. Tan solo el mercado de alimentos y bebidas aglutina ya el 54% del total de los robos que se producen. La tienda es uno de los puntos más conflictivos pero también la cadena de suministro de alimentos está siendo gravemente atacada. Ante este panorama las cadenas de supermercados han aumentado sus inversiones en seguridad y apuestan, cada vez más, por aplicar tecnologías innovadoras en sus establecimientos, si bien los especialistas en prevención de pérdidas inciden en la necesidad de diseñar estrategias con un enfoque holístico, que garanticen la eficacia de las inversiones a largo plazo.