La empresa familiar catalana, Sanmy , la más antigua del sector de bebidas refrescantes de España, celebra su 120 aniversario. Actualmente, la compañía trabaja con 189 referencias con 60 marcas y factura 7 M€, con 40 empleados. En Sanmy fueron pioneros en el uso del plático y también los primeros en hacer un sifón de PET: una de las primeras innovaciones que salieron de la planta de Terrassa, que la empresa adquirió a principios de los 90, donde dispone de 15.000 m2 (sobre terrenos de 45.000 m2). Unas nuevas instalaciones más grandes y más modernas que han permitido hacer crecer la empresa con la elaboración de marcas blancas para supermercados, y con la especialización en la elaboración de productos étnicos, principalmente de Sudamérica y del Magreb y también en la exportación, que llega al 5%.
Coincidiendo con el aniversario de la empresa, ha sacado al mercado una colección limitada de 6 botellas de reproducciones auténticas de La Gaseosa Fernández de El Masnou, La Perla de Mataró, La Inmortal de Girona o la propia Santiago Puértolas, entre otros. Con botella de tapón mecánico y dibujo serigrafiado. Además, con esta colección se podrá probar la gaseosa de hace 100 años ya que ha sido elaborada con la receta original. Se pueden encontrar en la cadena Carrefour.
Cuatro generaciones elaborando gaseosas
La tradición empresarial de la familia Puértolas se remonta ya a cuatro generaciones. Antes, la fábrica estaba en la calle Aribau de Barcelona y era propiedad del señor Olmos, quien no tuvo descendencia. De ahí que, en 1895, Santiago Puértolas (bisabuelo de la actual directora general de Sanmy) y su hermano Francisco Puértolas, realizando un gran esfuerzo económico, se quedaran la empresa . Unos años después los dos hermanos decidieron por razones familiares separar sus destinos empresariales y cada uno abrió su propio negocio. Santiago, en Badalona; y Francisco, en Barcelona. Esta última, situada en la avenida Roma de la ciudad condal, sería la responsable de uno de los iconos más famosos de las bebidas carbónicas. En Sanmy apostaron fuerte para conservar la fábrica y encontraron una salida económica sólida ofreciéndose como elaboradores de otras marcas. Algunas otras se han ido adquiriendo a lo largo de los años. A principios de los 80 Sanmy compró la marca 'Geiser ' y las dos ramas de la empresa primigenia se vuelven a encontrar en manos de la misma familia.