Los sectores del ajo y la cebolla afrontan esta campaña con mayor optimismo , tras un año marcado por la sobreoferta de producto . Mientras que el de la cebolla ha protagonizado un paulatino incremento de la superficie cultivada, y la consiguiente sobreproducción, el sector del ajo, que ha arrastrado tres años de crisis, tuvo que hacer frente a un exceso de volumen, debido a la gran cantidad de producto almacenado de campañas anteriores y a un aumento del contingente de producto procedente de China en el mercado europeo. Las consecuencias: una fuerte caída de los precios y la falta de rentabilidad en su cultivo.

Para hacer frente a estas dificultades, muchos operadores decidieron reducir la superficie cultivada entre un 5 y un 10% . Además, se espera que las importaciones se reduzcan y que puedan seguir creciendo las partidas exportadores a los mercados exteriores . Para esto último, no sólo valdría ofrecer el producto con un precio competitivo, sino dar a conocer al cliente y al consumidor las características y calidad del producto español. Por otro lado, también reclaman la falta de unidad y coordinación para planificar las campañas, en unos sectores tan atomizados y en los que existen un gran número de compañías que incluyen estos productos en sus catálogos.

Pese a no caracterizarse por una buena campaña, muchas compañías continuaron trabajando para mejorar y ampliar sus instalaciones el año pasado. Se tratan de inversiones moderadas , que buscan la atomización de los procesos o la incorporación de nuevas líneas de producción. En cuanto a las novedades, el ajo negro continúa su avance y ya son muchas las compañías que trabajan este delicado y, aún, minoritario producto, mientras que en cebollas existe creciendo el número de variedades en función de su uso culinario.