El nuevo equipo directivo de Freixenet, integrado por representantes de las tres familias propietarias, estaría preparando un plan estratégico para reducir su deuda, con el objetivo de mejorar su atractivo ante los posibles inversores que podrían entrar en la compañía próximamente, según ha publicado El Confidencial. Según esta información, que Freixenet ha declinado comentar, se ha encomendado esta tarea a Eudaldo Bonet, que presentaría los diferentes puntos al consejo para su aprobación el próximo mes de abril, cuando la compañía cierra su último ejercicio.

Dicho plan, cuyo objetivo es reducir la deuda del grupo (que actualmente alcanza los 325 M€), incluiría la reducción de costes en un 2% (unos 12 M€ al año); la refinanciación de la deuda, para rebajar los costes financieros; la potenciación de la facturación y, posiblemente, la venta de alguna filial.

Por ello, según El Confidencial, Freixenet ha encargado auditorías para todas las filiales del grupo. A este respecto, el medio también indica que mientras Enrique Hevia es partidario de poner en venta la bodega de Burdeos, Yvon Mau (fuentes financieras calculan que por esa filial se podrían obtener entre 25 y 30 M), la familia Ferrer se inclina por desprenderse de alguna bodega en España .

En cuanto a los posibles nuevos socios del grupo, sigue hablandose de la compañía alemana Henkell, la japonesa Suntory y la francesa Vranken Pommery, si bien, de momento sólo la primera habría presentado una oferta.