Grupo Siro redujo sus ventas en 2017 un 9,44%, sumando de esta forma dos ejercicios con evoluciones negativas. En total, sus ingresos ascendieron a 494 M€, frente a los 545,5 M del curso anterior. No obstante, las mejoras tecnológicas y de procesos que ha venido introduciendo en los últimos años han permitido al grupo palentino reducir sus costes, por lo que sus beneficios apenas se vieron mermados. En concreto, el Ebitda reconocido por la compañía ascendió a 77 M€, frente a los 80 M de 2016 (-3,8%).
Detrás de estas cifras se encuentran básicamente las desinversiones llevadas a cabo por la compañía en los últimos años, traducidas en la venta a mediados de 2017 a Cerealto de las instalaciones que operaba en Briviesca (Burgos) y Antequera (Málaga), con la consecuente transferencia de este volumen de negocio a su socio, que continuó con la actividad que venía desarrollando Siro, focalizada principalmente en la elaboración de referencias de bollería y pan de molde para Mercadona.
Precisamente, esta cadena sigue siendo el principal cliente de Siro, generando el 90% de los ingresos totales del grupo, gracias al acuerdo de abastecimiento que tienen ambas compañías en las categorías de galletas, bollería, pasta alimentaria, pan de molde y cereales. El resto de la facturación procede de la producción para terceros, básicamente, otros actores industriales como la propia Cerealto.
Nueva bajada en producción
Si los índices de ventas se vieron afectados por la reducción de su estructura industrial, también bajó su volumen de producción, que quedó en 327.000 t, frente a las 340.000 t del curso anterior (-3,8%), con descensos en la mayor parte de sus líneas de negocio.
Especialmente destacados fueron los registrados en las categorías de pan de molde y bollería, que pasaron de 77.000 t y 72.000 t, respectivamente, en 2016, a 73.000 t y 68.000 t en 2017. No obstante, también el volumen de pasta alimentaria comercializado se redujo en 3.000 t, hasta las 74.000 t, y los cereales cayeron en 1.000 t, hasta alcanzar un total de 19.000 t. Tan solo las galletas incrementaron sus ventas, con una producción total de 92.000 t en 2017.
Siro 4.0.
Estas mermas en los volúmenes de ventas, no obstante, no impidieron que el grupo continuara fiel a su política de inversiones, cuantificadas en 19 M€ y que estuvieron centradas principalmente en el desarrollo de proyectos de I+D+i para la mejora del perfil nutricional de sus productos o el desarrollo de otros nuevos, muchos, adecuados a colectivos con necesidades específicas. En total, se presentaron 45 nuevos productos a lo largo de todo el ejercicio, como una línea de galletas sin aceite de palma, un nuevo formato para las mini cookies, los soles en formato 500 g, una nueva línea de bizcochos para el nuevo lineal de horno de la cadena valenciana o unas nuevas tortitas de arroz con chocolate.
El resto del desembolso realizado tuvo por destino la realización de mejoras en los sistemas y la introducción de nuevas tecnologías enfocadas a la seguridad alimentaria, food defense y ciberseguridad. En este sentido, tal y como reconoce la compañía en su memoria de gestión relativa al ejercicio 2017, está volcada en "liderar la revolución de la industria 4.0 en la industria agroalimentaria", con el objetivo de seguir ganando en eficiencia y poder así ajustar precios en sus productos (en 2017, la bajada de precios aplicada sumó un total de 10 M€). Para ello, está implementando nuevos sistemas tecnológicos aplicados a las tareas agrícolas y ha hecho extensiva a todas sus instalaciones la denominada “fábrica sin papeles”. A esto se unen los proyectos encaminados a integrar en su operativa los principios de Economía Circular, en base a los cuales, por ejemplo, ha logrado reducir a la mitad la huella de carbono respecto a 2015 y hacer todas sus plantas de “Residuo Cero”.