Grupo Freixenet ha iniciado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por fuerza mayor para 110 empleados del departamento de ventas, en concreto de su filial Comercial Grupo Freixenet, sobre una plantilla total del grupo de 1.054 trabajadores en España.
"La excepcional situación provocada por el Covid-19 ha obligado al grupo líder mundial de cava a aplicar esta medida como un ejercicio de responsabilidad para garantizar la totalidad del empleo a largo plazo", explica en un comunicado el grupo, que se ha comprometido a compensar entre el 75% y el 90% de su salario a los empleados afectados.
El ERTE se propone como medida transitoria vinculada a la duración del estado de alarma y la apertura de las restricciones de confinamiento y Comercial Grupo Freixenet ha garantizado que se recuperarán todos los puestos de trabajo una vez finalice esta medida.
Además, Freixenet ha querido destacar que, siguiendo las recomendaciones de las autoridades competentes, está impulsando el teletrabajo para gran parte de su plantilla junto a "otras medidas para velar por la seguridad y la salud de sus empleados, clientes y proveedores", a la vez que garantiza el abastecimiento de sus clientes. En este sentido, la compañía ha adaptado sus instalaciones al nuevo escenario impuesto por el Covid-19, a fin de mantener su actividad en las líneas de producción.
Freixenet es líder en la categoría de Espumosos en nuestro país, con un volumen en el entorno de los 90 M de botellas anuales, y trabaja junto a su socio alemán Henkell para alcanzar el liderazgo internacional en esta categoría.
Otras bodegas podrían acogerse a la medida
Si bien la mayor parte de las bodegas siguen operando sus líneas de producción, el cierre de la hostelería y el desplome del turismo, unidos a una reducción de las exportaciones en mercados como China e Italia, entre otros, no puede ser compensado por el aumento de las compras en el canal de alimentación.
Como señalaba hace unos días José Luis Benitez, director general de la FEV, “nos encontramos en una situación de incertidumbre, que las bodegas encaran con resignación y preocupación. En las próximas semanas el consumo interno se verá fuertemente impactado por el cierre de la actividad en el canal horeca, que supone algo más del 50% del consumo de vino en nuestro país”.
De momento, el sector se ha visto obligado a ralentizar su actividad, una situación que en algunos casos podría culminar en un ERTE, principalmente para los departamentos comerciales y de enoturismo, dependiendo del tiempo que se alargue la situación de excepcionalidad.
Así, por ejemplo, la bodega riojana Gómez Cruzado anunciaba recientemente precios rebajados y sin gastos de envío para todas sus referencias, con la intención, precisamente, de evitar despidos. El objetivo es que sus tres empleados del área de enoturismo puedan encargarse de las labores de empaquetado de los pedidos, junto a los cuatro que se encargan de diversas funciones en la bodega; mientras que el personal del departamento comercial y administrativo seguirá trabajando desde sus casas.