Alcampo inició a finales de 2021 un proceso de remodelación de su red de hipermercados cuya conclusión está prevista para 2025. El objetivo es crear “espacios modernos, sostenibles, experienciales y adecuados a las necesidades de compra de los consumidores”, donde se “otorga un peso especial a los productos frescos y de mercado, habiendo incorporado mostradores no existentes hasta la fecha y ampliado los que ya funcionaban”. Y dentro de esos objetivos, fortalecer la filosofía de la cadena de promover “lo bueno, lo sano y lo natural”. Uno de los primeros en reformarse fue su emblemático híper del C.C. ‘La Vaguada’, en Madrid capital (14.500 m²), que reabrió sus puertas en noviembre de 2021 y que hemos visitado junto a Javier Bardés, director nacional del comité de oferta de frutas y verduras de Alcampo, para conocer las claves de este nuevo modelo. Entre ellas, destaca que, en la actualidad, una de sus dos plantas se dedica íntegramente a alimentación; o que la sección de frutas y verduras se ha colocado a la entrada del establecimiento debido, entre otros motivos, a su “colorido y vistosidad”, explica este directivo, que también aseguraq que desde que estos universos han cambiado su ubicación “están funcionando mejor”.
En total, son unas 3.000 las referencias a la venta, incluyendo a granel (que suponen alrededor del 70% del global), envasados, IV-V gama, ecológicos, hierbas aromáticas y otros productos de base hortofrutícola (cremas, toppings, deshidratados, smothies, etc). Para conseguir este hito, prácticamente todo este portafolio está disponible en más de una variedad (por ejemplo, tomate en rama, raff, pera o kumato); origen (local, nacional o de fuera de nuestras fronteras); presentación (al peso, bandejas, cortado o pelado); para múltiples usos (freír, guisar, guarnición, ensalada, etc), calibres o precios. Entre las últimas novedades, en febrero de 2022 Alcampo incorporó 40 frutas y verduras congeladas, (cereza ácida, piña, aguacate en mitades, calabaza en dados o ruibarbo rojo) y, posteriormente, vasitos de fruta cortada y envasada en el propio híper -para lo cual existe una sala blanca- de piña, melón, sandía, mango y papaya. En estas instalaciones también se preparan las sandías, melones y papayas cortadas por la mitad que se venden en el mismo.
Una sección muy estructurada y señalizada
En cuanto a la disposición de la sección, la columna vertebral son una decena de muebles horizontales de madera con doble vertiente y doble altura. Cada uno de ellos alberga la oferta completa de una o dos familias (incluyendo a granel y envasado), todas ellas perfectamente señalizadas, lo que facilita la compra al cliente ya que, de un solo vistazo, puede localizar lo que busca.
El ubicado más cerca de la entrada siempre reúne los frescos de temporada (en esta ocasión fruta de verano cortada, melones y sandías). En cuanto al resto, las islas dedicadas a fruta se dividen en: frutas de hueso/plátanos; cítricos/tropicales (donde conviven habituales de la cesta de la compra como aguacate, piñas o papayas con otras menos comunes -yuca, jengibre o papayón-); y, finalmente, manzanas y peras, que comparten su mueble con las lechugas. Por su parte, las hortalizas reparten su oferta entre ajos/cebollas/patatas; frutos vegetales (pimiento, calabacín, berenjena, etc.); verdura de cocer (espárragos, judías verdes o brócoli) y un cuarto stand dedicado íntegramente a tomates. En cuanto a los dos muebles restantes, uno de ellos agrupa el surtido de ecológicos (entre 40 y 50 artículos al peso y en bandejas), mientras que el segundo alberga medio centenar de básicos hortofrutícola de primer precio bajo la denominación ‘Tu compra más económica’. Aquí, Javier Barcés nos comenta que si bien este espacio “siempre ha existido”, anteriormente formaba parte de la conocida como zona “self discount” del híper, pero tras la remodelación se decidió integrarla en la frutería.
Otro punto importante es el mural vertical de frío, que ahora se presenta cerrado con puertas y dividido en módulos (otra de las novedades ya que históricamente han sido abiertos, con “lo que se consigue un ahorro de energía de alrededor del 15%”, señala este directivo) y en el que se dan cabida más de un millar de productos. El mismo, ocupa unos 20 metros lineales (en base a cálculos de Alimarket), con 13 compartimentos, cada uno de los cuales se dedica a una categoría, aunque todos abarcan un surtido más amplio de lo que indica su nombre. Las que dispone de mayor espacio son las hortalizas y ensaladas en bolsa, incluyendo desde las más básicas de I gama (lechuga cortada y lavada o brotes de rúcula, espinacas, etc), hasta soluciones completas como boles de ensaladas listos para comer o mezclas de verduras para calentar en el microondas. Especialmente amplia es, asimismo, la superficie dedicada a champiñones y setas donde, aparte de este tipo de alimentos en diversos formatos (enteros, troceados, en bandejas o especialidades como el shimeji -setas originarias del Asia), podemos encontrar hortalizas transformadas (calabaza cortada y pelada, zanahorias baby, remolacha cortada, maíz pelado o patatas y mix de verduras para microondas, entre otras), germinados o tubérculos menos comunes como el jenjibre o la cúrcuma.
La frutería/verdulería se completa con pequeñas muebles dedicados a frutos secos envasados y al peso, deshidratados (sopas o cuscús), hierbas aromáticas culinarias o máquina de zumo natural de naranja.
‘Mis Frutas y Hortalizas’
Mención especial merece la zona ‘Mis Frutas y Hortalizas’, que reúne la propuesta prémium de ambas categorías y que abarca desde básicos indispensables (cítricos, judías verdes, tomates, etc) hasta tropicales como el phisalis o la pitahaya (de origen sudamericano), pasando por la fruta deshidratada (que a los tradicionales dátiles u orejones ha sumado ahora innovaciones como el kiwi o la fresa), encurtidos o legumbres al peso. Este área se caracteriza, según explica Javier Bardés, porque el 100% de su portafolio tiene una calidad y un precio superior; por una exposición cuidada al máximo detalle (en forma de pirámide y con presentaciones en cestas de mimbre); y, sobre todo, por disponer de venta asistida por profesionales que atienden al cliente como en las fruterías de barrio “de toda la vida”.
Finalmente, cabría hablar de las ‘Hortalizas de la Comunidad de Madrid’, una zona dedicada a la proximidad y en la que se pueden encontrar entre 20-30 verduras de proveedores madrileños. Por poner un ejemplo, días después de nuestra visita, en concreto del 20 al 27 del pasado julio, Alcampo comenzó la comercialización de tres tomates tradicionales autóctonos de la CAM recuperados por el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (iMiDRA): moruno de Aranjuez, gordo de Patones y Antiguo, de mano de los agricultores Félix Ledesma y José Francisco Brunete. La cadena trabaja en este proyecto desde 2012 y para este año estima que adquirirá unos 35.000 kg. Otras hortalizas disponibles serían acelga roja, ajete verde, lechuga trocadero o cebollino.
