El chocolate sin cacao podría revolucionar un sector preocupado por mejorar su impacto sobre la sostenibilidad. Este novedoso sustituto del chocolate replica el sabor y la textura del cacao, y su elaboración no presenta los problemas relacionados con la cadena de suministro que tanto han afectado al sector.
WNWN ha desarrollado un sustituto del chocolate sin cacao, elaborado a base de garrofa. Aunque de naturaleza diferente, la garrofa tiene propiedades e ingredientes similares al cacao, concretamente los polifenoles antioxidantes.
Obtiene el producto a partir de la fermentación de garrofa italiana con cebada, consiguiendo los mismos componentes aromáticos que el chocolate. Según sus desarrolladores, además de tener el mismo sabor y textura crujiente, se derrite igual al hornearlo, lo que convierte a este producto en una alternativa sostenible al chocolate clásico. Además, la empresa fabricante ha descubierto que el nivel de emisiones de carbono generadas en la elaboración de este derivado de la garrofa es un 85% inferior al del chocolate.
Pese a ello, la comercialización de este chocolate alternativo todavía está en su fase inicial, y lograr su aceptación por parte de los amantes del chocolate requerirá importantes inversiones. Sin embargo, sus fabricantes pueden utilizar su posición de mercado para mostrar a los consumidores los riesgos de la deforestación y el drama del uso de mano de obra infantil en la industria del chocolate.
Una de las marcas que más han luchado para acabar con el trabajo esclavo en la industria chocolatera es Tony’s Chocolonely (1). Disponible en el mercado británico, el chocolate con pretzels y toffee Fairtrade Mjölkchoklad med Saltakringelsmulor, Kolabitar och Havsalt de Tony’s está fabricado con chocolate con leche procedente del comercio justo, trozos de pretzels salados, caramelo y sal marina. Contiene al menos un 42% de cacao y está elaborado en un 75% con ingredientes procedentes del comercio justo, entre ellos el cacao y el azúcar. El producto se comercializa en envoltorios de 180 g con el distintivo de Comercio Justo. El fabricante está inmerso en una campaña para erradicar la mano de obra esclavizada de la producción de chocolate.
Ingredientes saludables para complementar la percepción del chocolate como exquisitez
Los productos considerados como exquisiteces pueden probar a incorporar ingredientes saludables que les den otra impronta y capten la atención de los consumidores preocupados por la salud.
En Reino Unido, al 60% de los consumidores les gustaría probar chocolate con vitaminas/minerales añadidos. La incorporación de esos ingredientes funcionales puede mejorar la imagen del chocolate y convertirlo en una exquisitez saludable, sin que ello afecte a su sensación en boca, sabor o percepción placentera.
El consumidor puede encontrar así un producto que satisfaga sus complejas demandas de bienestar, conjugando la mejora del estado de ánimo y los momentos de evasión, con el consumo de ingredientes más saludables.
En Reino Unido, MyProtein Hotel Chocolat (2) se presenta como una exclusiva tableta de chocolate hiperproteico, que contiene una combinación de suave y exquisito chocolate negro, y aislado de proteína de suero. Este producto aporta 20 g de proteínas en cada envoltorio de 70 g 100% reciclable, que porta la etiqueta de envase FSC Mixto Procedente de Fuentes Responsables.
A su vez, en el mercado estadounidense, el aperitivo de chocolate negro con cacahuetes y sal marina Kuli Kuli Super Bark (3) se comercializa como un superalimento sin azúcar, que contiene 7 g de fibra y 3 g netos de carbohidratos por porción. Es un producto vegano y apto para dietas cetogénicas, elaborado artesanalmente. No contiene transgénicos ni gluten, y se describe como un exquisito y nutritivo aperitivo de chocolate, suplementado con los superalimentos más eficaces y sostenibles del mundo, entre ellos la moringa, el cacao, la maca, la chía y la quinoa.
La baza de apostar por las connotaciones espirituales del chocolate
Dado que los consumidores se muestran cada vez más interesados por el bienestar espiritual, parece razonable utilizar la naturaleza ancestral y mística del chocolate como argumento promocional.
El chocolate está ligado al bienestar en muchos aspectos. Su relación con el bienestar emocional es bien conocida y, de hecho, muchas personas lo consumen para mejorar su estado de ánimo. Su contenido de antioxidantes también contribuye al bienestar físico, y los efectos placenteros de su consumo aportan bienestar mental.
Pero, además de estos importantes aspectos del bienestar físico y psíquico, es un alimento que puede estar relacionado con el bienestar espiritual. Originario de Mesoamérica, el cacao fue utilizado por las culturas mayas y aztecas en sus ceremonias, por formar parte de sus creencias religiosas.
Aunque solo un puñado de marcas han apostado por explotar sus connotaciones espirituales, el creciente interés en la espiritualidad puede aportar una baza comercial al chocolate. En EE.UU., la colección para meditación de Vosges Haut Chocolate es un artículo pensado para consumirse en rituales espirituales como, por ejemplo: “rituales llevados a cabo en un lugar sacro, creyendo en lo que se hace, donde el consumo de chocolate y la concentración de energía pueden tener un efecto terapéutico a través de la activación de la mente, el cuerpo y el espíritu”.
El reaprovechamiento de ingredientes evita el desecho de alimentos
Los consumidores están cada vez más concienciados de la importancia de proteger el medio ambiente y desarrollar prácticas sostenibles, como la reducción de residuos, la utilización de envases sostenibles o reciclables y prestar atención al origen de los ingredientes. Exigen transparencia en el aprovisionamiento de materias primas y la producción. Y los fabricantes compiten por ser cada vez más limpios, ecológicos y sostenibles.
Los trozos de chocolate y caramelo con nueces de pecán de Goüter (4) ayudan a reducir los residuos alimentarios y las emisiones de CO2 en Reino Unido, mediante el reaprovechamiento de pan. El producto contiene trozos de pan tostado reciclado con nueces de pecán, bañados en chocolate blanco con caramelo. El fabricante ha encontrado así una forma de contribuir al cuidado del planeta, aprovechando su experiencia en la elaboración de chocolate para preparar un delicioso aperitivo de proximidad, fabricado con chocolate británico de primera calidad.