En un contexto de estancamiento del consumo nacional y de las exportaciones de vino, como veíamos en el último Informe sectorial publicado por Alimarket, Barcelona Wine Week se posiciona como una feria de referencia en el circuito internacional y como herramienta para que las bodegas españolas se abran a nuevas oportunidades de negocio.

La próxima edición, que tendrá lugar del 3 al 5 de febrero de 2025 en el recinto Montjuïc de Fira de Barcelona, se presenta con cifras récord: más de 9.500 m2 de exposición (que por primera vez se reparten en dos pabellones), lo que supone un 31% más que en la pasada cita y un 80% si se compara con la primera edición, celebrada en 2020; y más de 1.100 bodegas españolas (+16% vs 2024).

Como destaca el presidente del salón y de la DO Cava, Javier Pagés, estarán representadas en esta ocasión más de 75 DO y otros sellos de calidad de toda España y hasta 16 Comunidades Autónomas. Entre las que acudirán con mayor número de bodegas, destacan las menciones de Rioja, Cava, Priorat, Navarra, Penedès, Montsant, Ribera del Duero, Jumilla o Rueda.

Un espacio catalizador de negocio

Pero además, BWW25 espera atraer a más de 24.000 visitantes, un 20% internacionales, y reunirá a 700 compradores internacionales (50 más que el año pasado). Precisamente, una parte importante del presupuesto de la feria (en concreto, unos 600.000 €) se ha destinado a traer a esos compradores internacionales, a través del programa Hosted Buyers (en colaboración con ICEX), tanto de países consumidores tradicionales europeos, como de Estados Unidos, Canadá, China, México, Japón, Brasil, Colombia o Corea del Sur. A la vez, BWW invitará a un millar de compradores nacionales de la gran distribución, el comercio especializado y el canal horeca, las principales vías de distribución de la producción vinícola nacional.

Como destaca la directora de la feria, Céline Pérez, "lo más importante es que BWW sea catalizador de negocio y permita a las bodegas que participan en ella un rápido retorno de la inversión". Si bien para ello la clave es "no perder nuestra esencia", mantener el "modelo diferencial que nos ha resultado exitoso", concentrando en un espacio toda la "diversidad, complejidad y riqueza" de los vinos españoles.

Así, Pérez resume los objetivos de la BWW25 en cuatro: fortalecer el liderazgo nacional, como primera feria vitivinícola del circuito internacional; mantener la esencia como salón más representativo de la riqueza vitivinícola de España; mejorar la cobertura internacional, para llegar a superar ese 20% de visitantes internacionales; y buscar la excelencia en la experiencia del cliente.

Por su parte, la directora de Alimentos, Vinos y Gastronomía de ICEX España Exportación e Inversiones, María Naranjo, ha avanzado algunas oportunidades en exportación para las bodegas españolas de cara a 2025, como el buen comportamiento de mercados con gran potencial, como Corea del Sur, Japón, Polonia, Irlanda, Dinamarca o República Dominicana. También ha defendido una estrategia que pase por diversificar mercados, diferenciarse, digitalizarse y atreverse con nuevos formatos.

Está de acuerdo con este análisis José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV), quien ha incidido en la necesidad de adaptar rápidamente las regulaciones para que las bodegas puedan adaptarse de forma efectiva a las nuevas tendencias, entre las que se han destacado algunas como la moderación del consumo (y el auge de los productos No-Low Alcohol), la premiumización o el crecimiento de los vinos más frescos, sobre todo blancos, rosados y espumosos.

Para profundizar sobre estas nuevas tendencias y retos, Barcelona Wine Week ofrecerá un programa de catas y ponencias que contará con un centenar de expertos, con especial hincapié en la revalorización de los vinos procedentes de cepas viejas.