El uso de las tecnologías de la visión avanzada está despertando especial interés en el contexto de automatización dibujado por la Industria 4.0. Se trata de tecnologías de múltiples aplicaciones capaces de maximizar la calidad y seguridad de productos y procesos, al tiempo que optimizan la eficiencia y productividad industriales.
Ante el potencial de la tecnología, los especialistas en visión avanzada de AINIA han trabajado con los especialistas de la misma rama del ITC durante dos años en un proyecto de I+D propia que ha dado como resultado el desarrollo de cuatro prototipos experimentales de sensores ópticos avanzados para mejorar la calidad y seguridad de alimentos y productos cerámicos.
En el último año, en el proyecto también han colaborado seis empresas que han ayudado a definir mejor las necesidades y problemáticas actuales de las empresas de la Comunidad Valenciana de ambos sectores, consiguiendo soluciones tecnológicas avanzadas con gran potencial en su aplicación industrial.
Estos prototipos ópticos de última generación, desarrollados en el marco del proyecto OPTI2, también permiten obtener información más exhaustiva en tiempo real, sobre la composición de los productos.
Para Lorenzo Cervera, técnico responsable del proyecto en AINIA: “La I+D que hemos desarrollado nos ha permitido aplicar sensores MEMS, consiguiendo prototipos de bajo coste y por lo tanto de rápida implementación en empresas. Los sensores espectrales avanzados que hemos incorporado en los prototipos añaden potencia y precisión en los controles de líneas de producción, cumpliendo así las exigencias cada día mayores de las empresas en calidad y seguridad de sus productos; y, por último, hemos trabajado con equipos tera-hercios que son muy novedosos, porque prácticamente no hay aplicaciones con ellos en este campo de aplicación industrial”.
En definitiva, nos encontramos ante “ prototipos industriales de visión avanzada para el control de calidad en línea que pueden trabajar en automático en la cadena de producción y que detectan anomalías y defectos que no pueden percibirse por los procesos convencionales de control, aumentando así los niveles de calidad, la seguridad de producción y los costes de la misma”, señala Lorenzo Cervera.
La utilidad de los prototipos desarrollados de aplicación en el sector alimentario permiten detectar restos vegetales, plásticos o insectos que debido a sus características no siempre son localizados de manera eficaz por las tecnologías convencionales generalmente utilizadas en las empresas alimentarias. En concreto, en el proyecto se ha validado su potencial con frutos secos (almendras y pistachos), identificando puntos críticos como piedras o cáscaras entre los mismos, como en el ámbito de los snacks, identificando anomalías en tiempo real en maíz fresco.
Esta tecnología también permite clasificar el producto en función de la concentración de compuestos químicos o de su composición como el contenido de azúcares , proteínas o grasa en snacks para diferenciar, por ejemplo, un producto normal de otro bajo en grasa.
En el sector cerámico un parámetro de calidad fundamental es el control de la densidad de las piezas recién prensadas. Por ello, “la implantación de este tipo de tecnología de bajo coste en una empresa cerámica permite la inspección de las baldosas de una manera inocua, para que se pueda mantener la misma densidad en todas las piezas, logrando una alta calidad de producción y una importante reducción de costes”, según Miguel Aguilella, técnico del ITC participante en el proyecto.
Además, la aplicación de estos sensores ópticos avanzados ha demostrado que también pueden servir para advertir la presencia y concentración de las tintas aplicadas en la decoración de las baldosas, sin necesidad de esperar a la cocción del material. Por tanto, pueden utilizarse para detectar fallos en la decoración de las piezas, optimizar el proceso de impresión y ahorrar tiempo y costes a las empresas del sector cerámico.
El proyecto OPTI2 cuenta con apoyo de IVACE y con la financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), en el marco del Programa de ayudas dirigidas a centros tecnológicos de la Comunidad Valenciana de I+D en cooperación con empresas 2017.