La multinacional norteamericana Visa ha puesto en marcha en Berlín un laboratorio desde el que experimenta innovadoras formas de pago en las tiendas físicas, con el apoyo de la tecnología. En el sector de supermercados, la compañía ha presentado un sistema en el que el cliente escanea los productos con su smartphone antes de añadirlos a la cesta, al final del recorrido coloca la compra en una plataforma que le indica si todo es correcto o se le ha olvidado escanear algún artículo. Si el proceso se ha realizado bien, vuelve a pasar el móvil por un escaner y puede marcharse, sin necesidad de pasar por ninguna caja. Este proceso final no lleva más de 30 segundos, asegura Rouven Steibli, director en el nuevo centro alemán de la compañía. El equipo 'Supersmart Shopping Experience' ha sido desarrollado por una empresa israelí (SuperSmart) y ya puede probarse en un Makro de la República Checa.
Visa ha presentado otra forma de compra en la que el cliente a través de una aplicación realiza su pedido, en el supermercado lo reciben, lo preparan y lo colocan en una taquilla, que el comprador desbloquea con su tarjeta. Una forma de click&collect pensada para tiendas de conveniencia en lugares de paso, como estaciones de metro o autobuses. La misma fórmula también sirve para tener listo el desayuno o un almuerzo y ya se prueba en un punto de venta en Düsseldorf.
Las pruebas en el laboratorio de Visa también abarcan otro tipo de comercios minoristas, como ópticas, tiendas de moda o de hogar. En las primeras, un espejo interactivo puede comparar diferentes modelos de gafas; en el textil se puede comprar directamente escaneando la etiqueta, lo que además permite conocer las características del tejido de la prenda y si hay un surtido con diferentes colores o tallas. En las tiendas de hogar se pueden conocer las distintas referencias a través de pantallas interactivas y también comprar directamente.
La apuesta de Visa por la tienda física se basa en su convicción de que estas seguirán desempeñando un papel importante en el futuro, "aunque el comercio electrónico está creciendo tremendamente rápido". No obstante, la compañía cree que el comercio tradicional necesita nuevas fórmulas para ganar y retener clientes, en las que la tecnología juega un papel fundamental. Visa augura que en la próxima década la compra se convertirá en un experiencia mejor, en la que las tiendas seguirán siendo destinos para interactuar con el producto, hablar con expertos y proporcionar un ambiente que aliente a los consumidores a volver. Al mismo tiempo, las compras rutinarias y repetitivas, como las de detergente o comida para mascotas, se entregarán a través del reabastecimiento automático, lo que ahorrará tiempo a los consumidores.
El proyecto de Visa en la capital alemana está pensado para que comerciantes e instituciones financieras redescubran la experiencia de compra en la tienda y se relacionen con clientes, socios, proveedores de tecnología y expertos minoristas para crear conjuntamente la tienda del futuro. El grupo cuenta con otros centrosde innovación ubicados en San Francisco, Tel Aviv, Londres, Berlín, Dubai, Singapur, Sao Paulo y Nueva York.
El laboratorio germano de la compañía fue presentado por Suzan Kereere, vicepresidenta Senior Global Merchants Clients, y Albrecht Kiel, director ejecutivo regional de Europa Central. La ejecutiva enfatizó la importancia de ofrecer una experiencia de compra satisfactoria a los clientes y la preocupación de Visa por la seguridad, a la que destina una fuerte inversión. Por su parte, Kiel explicó la evolución de Visa desde sus inicios en 1958, pasando por la primera transacción electrónica en 1995 o su salida a bolsa hace diez años.