El grupo palentino Grupo Siro ha dado a conocer su proyecto de Inteligencia Cognitiva en el contexto del II Congresode Industria Conectada 4.0. Esta iniciativa supone un paso más dentro de la estrategia de transformación digital que ha venido desarrollando el grupo en los últimos años y que ya se ha traducido en la introducción de importantes innovaciones “desde el campo al consumidor”, con el desarrollo de proyectos asociados tanto a sus procesos agrarios como a los de transformación industrial.
El último eslabón por cubrir era el vinculado al consumidor, tal y como ha indicado en su exposición Carlos Herrero, director de Transformación Digital de Grupo Siro. Por ello, a principios de este 2018 se comenzó a desarrollar I+Radar, una herramienta de Inteligencia Artificial que permite, a través de la obtención y análisis en tiempo real de miles de datos, identificar tendencias de consumo con el objetivo último de crear productos y servicios de alto añadido que se anticipen y respondan a las necesidades de los consumidores.
Esta nueva herramienta, impulsada por el Instituto I+Dea (rama de I+D del Grupo Siro) y desarrollada en colaboración con IBM, permite, a través de un algoritmo desarrollado por I+Dea, el tratamiento en tiempo real de información procedente de millones de fuentes de todo el mundo (desde redes sociales a revistas profesionales o generalistas, blogs, centros tecnológicos y regulatorios), filtrando aquello relevantes y permitiendo saber con rigor la opinión de los consumidores así como sus intereses o sentimientos. En concreto, cada semana se procesan más de 200.000 documentos, de los que se extraen más de 600.000 temas clasificados, a través de los cuales se pueden obtener, por ejemplo, sugerencias sobre nuevos ingredientes o características de producto. “Esto nos permite tomar decisiones de una forma más rápida y eficiente en el desarrollo de un producto o de una tecnología, lo cual es una ventaja competitiva para nuestra compañía ya que, al conocer sus deseos, nos permite orientarnos desde la fase de diseño del producto al consumidor”, explica Carolina Martín, directora de Market Intelligence de I+Dea.
Todo esto se traduce finalmente en una reducción de costes a lo largo de toda la cadena, desde la concepción del lanzamiento hasta su fase industrial, ya que llega incluso a permitir reducir el número de pruebas necesarias antes de ponerlo en el mercado, con lo que se acortan los plazos. “Ahora, podemos tener listo un producto en una semana, frente a los dos meses que podíamos llegar a tardar antes, ya que, desde el origen de la idea, tenemos claros los parámetros que tenemos que seguir para adecuarnos a las necesidades del consumidor”, especifica Carolina. De hecho, antes de final de año podrían estar en el mercado los primeros productos desarrollados a raíz de los datos extraídos de I+Radar.
El desarrollo de I+Radar, al que se se podrían sumar nuevas herramientas orientadas también a acercarse más al consumidor, es el último paso de Grupo Siro en su proceso de transformación digital, encaminado, según Carlos Herrero, “a mejorar principalmente la trazabilidad de los productos que comercializa Grupo Siro, con el control total de todo el proceso de fabricación, cambiando la manera de gestionar las fábricas, con la creación de centros inteligentes, y acercándonos al consumidor”.
Para ello, además del desarrollo de I+Radar, desde hace años tiene en marcha también el proyecto Siro Agro, enfocado a la mejora del proceso de producción del cereal, y desarrollado en colaboración con John Deere. Y, más recientemente, puso en marcha la iniciativa de “Fábrica sin Papeles”, a través de la cual el grupo ha logrado simplicar los procesos asociados al ámbito industrial, y que ha servido de base para lograr lo que han bautizado como las “fábricas inteligentes o fábricas conectadas”, su proyecto más inmediato. Desarrollado en colaboración con SAP,esta iniciativa se fundamenta en la sensorización de todos los procesos industriales, con el objetivo de poder extraer y analizar toda la información vinculada a éstos y, así, ser capaces de estandarizar procesos y niveles de calidad, mejorar la trazabilidad de los productos, reducir tiempos de gestión y mejorar la eficiencia en las líneas y el tiempo de respuesta al cliente, también en este caso, con el propósito final de reducir costes, un ahorro que ya fue cuantificado en 2017, concretamente, en unos 13 M€.