Desde los horarios laborales y escolares híbridos, al turismo condicionado por las vacunas, pasando por las limitaciones de aforo en el sector de hostelería y restauración, 2021 fue el año de la reiteración. En el sector de bebidas alcohólicas, la vuelta de las restricciones se evidenció a través de la pujanza del consumo en exteriores, que está cerrando la brecha existente entre hogares, y bares y restaurantes.
Los productores vinícolas han reorientado su oferta en respuesta al auge de las comidas y quedadas al aire libre y las rutas enoturísticas, mediante formatos y sabores innovadores, adaptados a los nuevos escenarios de consumo. Esto ha conllevado el relanzamiento de determinados envases y formatos populares, entre ellos las botellas de plástico para consumir en lugares donde están prohibidos los envases de vidrio, como playas y piscinas, o los envases de abrir y cerrar y los formatos pequeños, que evitan la necesidad de disponer de vasos. La adaptación de sabores al consumo en exteriores ha girado en torno a productos ligeros, refrescantes y de consumo fácil, así como en el maridaje con alimentos típicos para cocinar a la parrilla.
El vino blanco Schmitt Söhne Riesling Crisp & Fruity (1) se presenta ahora también en un embalaje reciclable de nuevo diseño, que contiene cuatro botellas ecológicas de 187 ml. Estos nuevos envases son ideales para el consumo fuera del hogar, fáciles de beber e idóneos para su degustación en playas, piscinas o escenarios naturales.
La importancia de la sostenibilidad va en aumento, especialmente entre las generaciones más jóvenes, lo que plantea a los productores de bebidas alcohólicas el reto de satisfacer las reivindicaciones de este colectivo tan esencial, además de cumplir los requisitos generales del mercado de alimentos y bebidas.
El aumento de la preocupación de los consumidores por la sostenibilidad, y el compromiso renovado del sector vinícola con el medio ambiente, estimulado por los históricos incendios forestales de 2020, ha propiciado la proliferación de distintivos, etiquetas y certificados, como el emblema Certified California Sustainable Winegrowing, que garantiza el cumplimiento de una serie de estrictos requisitos relacionados con la salud pública, el agua, la energía, el hábitat y los recursos humanos; la etiqueta D.O.C., destinada a preservar las denominaciones de origen de los productos alimentarios; y el certificado B-Corp, que asegura el cumplimiento de distintos requisitos de buena conducta social y medioambiental constatada, transparencia pública y responsabilidad jurídica.
En EE.UU., el vino Kendall-Jackson Vintner’s Reserve 2019 California Chardonnay (2) se comercializa en un envase de nuevo diseño y formato. Ahora está disponible en una botella de 375 ml con el certificado de sostenibilidad California Certified Sustainable.
En paralelo, el fabricante de envases y botellas de papel Frugalpac ha desarrollado un nuevo envase de vino de papel, la botella Frugal (3), cuyo peso declarado es cinco veces inferior al de una botella de vidrio. Asimismo, afirma tener una huella de carbono seis veces menor que la del vidrio. La empresa asegura que es la primera botella de vino o licor fabricada con un 96% de papel reciclado que se comercializa en el mundo.
En consonancia con la tendencia global hacia la sostenibilidad, los fabricantes de bebidas deberían utilizar ingredientes resistentes al cambio climático, capaces de devolver a la naturaleza parte de sus recursos y de promover la circularidad.Los productores de bebidas pueden centrarse en la utilización de ingredientes respetuosos con la salud del suelo y la biodiversidad. Y deberían hacerlo estableciendo una correlación entre su uso y la mejora del sabor y la calidad de sus productos.
Aunque las referencias a la salud del suelo en los envases de bebidas mantienen un papel discreto, han ido ganando presencia poco a poco a lo largo de la última década. En el mercado alemán, el vino blanco Silvaner (4) está elaborado siguiendo procesos biodinámicos y con conciencia climática, sin recurrir al uso de pesticidas, herbicidas, insecticidas o fertilizantes. Estos procesos preservan la concentración de humus, que fija el CO2, y protegen la biodiversidad y la fertilidad del suelo.
Los productores de bebidas alcohólicas deberían adaptar su discurso e identidad gráfica para transmitir mensajes positivos destacando su protagonismo en las celebraciones de la era post-COVID-19, en consonancia con su imagen comercial. En EE.UU., el champán Veuve Cliquot (ABV al 12%) (5) se asocia habitualmente a la celebración de determinados momentos claves de la vida, como las bodas y los bautizos. Su campaña de invitación a “celebrar la vida” adquiere un nuevo sentido en la era post-COVID-19, para festejar esa nueva sensación de libertad.
La bodega española CVNE ha firmado un acuerdo de colaboración con el fabricante de impresoras Epson para ofrecer a los consumidores la posibilidad de personalizar las etiquetas de sus botellas de vino. Los consumidores pueden personalizar sus botellas con las impresoras Epson ColorWorks durante el proceso de compra en línea. El proyecto también incluye el montaje de un fotomatón, que permite a los visitantes de la bodega sacarse fotos para personalizar las botellas que van a adquirir.
La personalización de productos resulta atractiva para los consumidores porque los convierte en una extensión de su identidad y sus gustos personales. También buscan productos personalizados que satisfagan determinadas preferencias basadas en sus rasgos característicos, como su peinado o tipo de cutis. A raíz de ello, los productores han empezado a ofrecer a los consumidores la posibilidad de participar en la creación de sus productos a través de sondeos de opinión, eventos de diseño y talleres organizados en sus instalaciones, con el fin de incorporar sus gustos y deseos al proceso creativo.
El lanzamiento de vino con bajo contenido alcohólico y sin alcohol se ha apuntado un par de primicias, gracias al esfuerzo innovador de este segmento para competir con los sectores de cervezas y bebidas espirituosas. HUN (6), una marca de vino en lata orientada al segmento Millennial, lanzó un vino sin alcohol en lata, presentado como el primer producto de este tipo que se comercializa en Reino Unido, en junio de 2021. El mismo mes, la marca de vino neozelandés Ara lanzó Ara Zero (7), promocionado como el primer vino de Marlborough sin alcohol elaborado con Sauvignon Blanc de Reino Unido. A su vez, New South Wines inició en enero de 2021 la comercialización de un nuevo vino espumoso ecológico y apto para veganos con la marca Noughty (8).